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Vecinos hablaron de la inseguridad cara a cara con los jefes de la Unidad Regional XI

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Si tenemos en cuenta el complicado presente en materia de seguridad que atraviesa Esperanza, la convocatoria fue menor a la esperada. Más allá de cuestiones puntuales planteadas por los ciudadanos y algún momento álgido, la mayoría se retiró conforme.

 

Cerca de 30 personas asistieron a la convocatoria liderada por Liliana Bonfantti, quien en los últimos tiempos se puso al frente de la lucha contra la inseguridad pero en la reunión de anoche desarrollada en la sede del Mite mantuvo una prudente distancia y siguió el encuentro en silencio.

El cónclave empezó mal, ya que a los pocos minutos una letrada esperancina disconforme con las respuestas y los planteos del jefe de la Unidad Regional XI, Eduardo Candia, cruzó algunos conceptos con el máximo responsable de la seguridad en Las Colonias y decidió retirarse a los pocos minutos de iniciado el diálogo.

 

Declaraciones

Fuera de ese hecho y de algunas objeciones puntuales a la tarea policial, tenemos que decir que el titular de la UR Xi y su segundo, Julián Aranda, manejaron bien el encuentro echando mano a un lenguaje casi familiar y buscando hablar de la complejidad social que se esconde detrás de los delincuentes, en vez de aludir a estadísticas o respuestas concretas.

Se notó la experiencia o la “muñeca” de Candia para manejar con cierta soltura situaciones un tanto comprometidas y en el 80% de su alocución apuntó a la familia como primer nicho de contención.

-“De seis móviles para patrullar las calles pasamos a diez después del reacomodamiento que realizamos. Tengan en cuenta que apenas cuento con 108.000 pesos por mes para pagarles a quienes están de franco para que se sumen a los patrullajes preventivos”.

-Al preguntarle puntualmente cuánta gente detiene en promedio cada mes la policía por cuestiones de robo, después de un breve silencio Candia contestó: “Depende… Tengan en cuenta que nosotros no investigamos, eso es competencia de la PDI y de la fiscal, quien debe legitimar sus actos ante el juez. De todas maneras en el primer mes que asumimos apresamos a seis personas en flagrancia, es decir en el momento que estaba cometiendo el hecho”.

-Apuntó a la doctrina de Eugenio Zafaroni que “justifica” a los delincuentes diciendo que también son víctimas, lo que derivó en que sea cada más difícil mantener preso a quien comete un delito.

– En otro tramo puso en duda el trabajo de los fiscales, al señalar que muchas veces no tienen todos los elementos y “no ordenan detenciones como a uno le gustaría, por ejemplo cuando agarramos a un ladrón que robó cuatreo veces, nosotros quisiéramos que quede preso, pero ellos lo largan… En lo personal también me cuesta entender que quien robó varias veces continúe libre, pero no depende de nosotros, tienen que reclamar en otro lado”.

 

Balance

Como dijimos más allá de algún que otro encontronazo, una vez la gente demostró un nivel de educación y respeto admirables, porque considerando lo que está sucediendo a diario en la ciudad la respuesta de los vecinos podría haber sido más dura, pero escucharon y aceptaron las explicaciones de los jefes policiales en un clima de diálogo y madurez.

Eso es lo positivo, como negativo podemos señalar la escasa respuesta de los ciudadanos, queda claro que a los esperancinos les cuesta expresar sus reclamos ante quienes corresponde, porque en los medios de comunicación abundan las quejas, aunque llegado el momento de plantearlas ante quien corresponde muchos prefieren quedarse en su casa.