Empezarán con el que está ubicado sobre Dr. Gálvez, entre General Paz y Lavalle. La idea es llevar las máquinas a los barrios para hacer más eficientes los trabajos, ya que ganarán tiempo y ahorrarán dinero. En una segunda etapa avanzarán con otros espacios similares.

Fue una promesa de campaña que apuntó a brindar respuestas más eficientes y también a resolver un histórico problema que padecen los vecinos debido a los ruidos y a la suciedad que los corralones acumulan.

Al adelanto periodístico lo brindó Edición Uno y ahora Esperancino.com.ar puede confirmar la información, ya que consultamos al secretario de Obras Públicas, Martín Franconi.

«Es verdad, se trata de una decisión que no tiene vuelta atrás, por múltiples factores decidimos empezar a trasladar los corralones municipales, poniendo en marcha este proceso con el espacio donde está la antigua cementera, que se encuentra contra las vías del ferrocarril, ocupando una cuadra de largo.

Algunas máquinas serán llevadas a barrio La Orilla, con lo que ganaremos tiempo porque no será necesario ir y venir cruzando toda la ciudad con esos vehículos pesados, las demás irán a parar a otros corralones, pero la idea es que a mediano plazo podamos recuperar los varios de estos espacios para otros fines», sentenció el responsable de Obras Públicas de la gestión Meiners.

Sin lugar a dudas se trata de una excelente decisión, porque con el paso del tiempo los corralones municipales quedaron en pleno centro y por ejemplo para trabajar en los barrios «todo queda lejos, es mejor desparramarlas en los distintos sectores para que apenas las ponen en marcha a las pocas cuadras puedan empezar a cumplir su objetivo que es mejorarles las condiciones de vida a los habitantes», confió Franconi.