Envianos fotos, videos
o consultas:
3496 534414

Trod quiere “un Concejo donde los proyectos lleguen desde las instituciones”

Lidera una lista integrada por “personas de distintas ideologías, de diversos orígenes políticos, miradas y recorridos”, que desea darle una bocanada de aire fresco al Concejo local.

Carolina Trod cuenta con interesantes propuestas y propone un modelo “concreto, participativo, donde se escuche al vecino antes de votar una ordenanza”.

Compartimos una carta escrita por esta candidata, texto dirigido a los vecinos de nuestra ciudad a modo de cierre antes de las primarias del domingo.

Somos distintos

Hay una pregunta que se repite en cada campaña: ¿Qué hace un concejal? Y no es casualidad que eso suceda, porque mientras “algunos candidatos prometen cosas que no les corresponden” -como seguridad, empleo o transporte-, se deja pasar lo más importante: que el Concejo Municipal no es un decorado de la política local. O al menos, no debería serlo.

Nos encontramos con promesas que suenan lindas, pero que vienen de personas que ya ocupan una banca… y sin embargo no visibilizaron ni un solo proyecto relacionado con eso que dicen defender. Entonces, ¿de qué sirve repetir promesas si no se ejerció el rol cuando se tuvo la oportunidad?

Un Concejo plural es más democracia: esto no es solo una frase para quedar bien. Es la base para que se escuchen distintas voces y que el Concejo no se convierta en una escribanía del Ejecutivo de turno, porque cuando todos levantan la mano sin discutir se terminan votando aumentos de tasas sin pensar en las necesidades reales de los vecinos.

Y ya lo vimos: pasamos de un Concejo que rechazaba todo por sistema, a otro que aprueba todo en paquete cerrado. Ni una cosa ni la otra representan a la gente.

Nosotros tenemos otra idea: creemos en un Concejo que no solo controle (que hoy tampoco lo hace), sino que abra la puerta al barrio. Un Concejo donde los proyectos no bajen desde un escritorio, sino que suban desde las instituciones, las vecinales, las personas reales.

Por eso proponemos un modelo concreto, participativo, donde se escuche al vecino antes de votar una ordenanza. Donde las vecinales puedan incidir, opinar y proponer. Donde los concejales expliquen qué están tratando y por qué.

En definitiva, un Concejo que se parezca más a la ciudad que representa.

Las ordenanzas no se miden por quién las firma, sino por a quiénes les cambian la vida: Estamos convencidos de que otra forma de legislar es posible. Y estamos trabajando para lograrlo.