Compartimos una columna de opinión publicada en El Litoral por Eduardo Kinen, vicepresidente primero del Concejo Municipal, donde describe la cruda realidad que padece la ciudad en este tema, repasa acciones del Departamento Ejecutivo y exige soluciones al Ministerio de Seguridad.
(In) seguridad en Esperanza
Como nunca antes sucedió en Esperanza, los titulares de los medios locales y la ciudadanía en general replican sin cesar los hechos de inseguridad de cada día y lo ocurrido en el seno de las fuerzas policiales que se desempeñan en la ciudad y en el Departamento Las Colonias.
Vivimos una realidad impensable pocos años atrás. Arrebatos callejeros, violaciones de domicilios, roturas de vidrieras de comercios y «barreteos» de puertas y/o ventanas por parte de los amigos de lo ajeno se han transformado en las metodologías más usuales del rostro del delito en la ciudad.
Amigos de lo ajeno que, como lo han demostrado las investigaciones pertinentes, contaban con la participación directa o indirecta de algunos integrantes de la fuerza policial.
Respecto a las responsabilidades frente a la situación descripta, debemos partir del marco normativo vigente. La Constitución de la provincia de Santa Fe establece que el gobernador disponga de las fuerzas policiales (art. 72 inc. 17); en tanto la Ley Orgánica de la Policía Provincial, en su artículo 1ero., establece que en todo el territorio de la provincia la policía es «la institución que tiene a su cargo el mantenimiento del orden público y la paz social; actúa como auxiliar permanente de la Administración de Justicia y ejerce por sí las funciones que las leyes, decretos y reglamentos establecen para resguardar la vida, los bienes y otros derechos de la población».
Correlativas a las funciones del gobierno provincial, y teniendo en cuenta que una política pública como la seguridad se la debe abordar interjurisdiccionalmente, debemos mencionar lo que se realiza bajo responsabilidad del ámbito local.
El apoyo permanente con aportes incluidos de la Cooperadora Policial y el abordaje interinstitucional del Cabildo Abierto y ciudadanos autoconvocados por esta cuestión, evidencian a una sociedad civil movilizada e involucrada en la problemática de la seguridad pública.
Del Estado local
Por su parte el Estado local cumple con la manutención y restauración de espacios públicos, colocación de luminarias, entre otras de sus actividades «clásicas» o tradicionales a las que les ha sumado la instalación de cámaras de seguridad (65 en la actualidad y próximamente se alcanzarán las 115 unidades) y su correspondiente Central de Monitoreo con presencia las 24 horas de personal municipal.
Desarrolla además actividades de contención e inclusión social que van desde los proyectos implementados por el Programa Vínculos para la Prevención Social, pasando por las actividades de capacitación laboral y reinserción educativa, hasta las vinculadas con el deporte y recreación.
¿Se podría hacer más? Por supuesto que sí, como en toda organización -y más siendo en este caso pública-, siempre se puede mejorar. Lo citado nos permite observar un municipio que se preocupa y se ocupa de esta problemática, asumiendo el rol complementario que tiene en lo referente a sus competencias sobre dicha materia.
La policía en la ciudad
Como contracara de este accionar de los actores locales, desde el gobierno provincial, responsable directo de la conducción de las fuerzas policiales, institución que posee las facultades y herramientas para detentar la coacción legítima que reprime el delito los errores y/o desprolijidades, o en determinados casos la improvisación, parecen haberse convertido en una constante en estos últimos años.
Ejemplo de ello es que resulta casi imposible para los esperancinos, incluso para los que están vinculados con la institución, retener el nombre del jefe de Policía y parte de su staff.
¡Cinco! funcionarios pasaron por nuestra ciudad ocupando ese cargo en prácticamente un año y medio. Con el agravante de la cantidad de policías procesados en los últimos meses.
La comunidad toda sigue apoyando el desempeño de los buenos policías, pero resulta innegable la enorme preocupación que le genera al gobierno provincial, a la hora de cada designación de las cúpulas policiales en nuestra ciudad y Departamento.
Enfrentar las ilegalidades policiales, «separar la paja del trigo» como se dice usualmente, para reconocer a los buenos policías y apartar a los que cometen ilícitos es una tarea que comenzó a realizarse. No obstante, parece insuficiente para detener la ola delictiva que sigue asolando a nuestra ciudad.
Atentos a la cruda realidad, se torna ineludible plantear y exigir a esta tercera gestión consecutiva del FPCyS medidas concretas. Una política de seguridad pública integral, sostén ineludible de las soluciones de fondo a las causas que provocan el constante crecimiento del delito en la ciudad de Esperanza y el Departamento Las Colonias, se ha tornado en una exigencia apremiante de toda la comunidad esperancina.
Este también es nuestro aporte frente a esas demandas insoslayables de la ciudadanía que espera una resolución política de exclusiva responsabilidad provincial.