Según los números presentados por el Ministerio de Seguridad y el Indec en el informe de Estadísticas Criminales de la República Argentina, en 2016 la ciudad de Santa Fe fue la más peligrosa del país, tal como había ocurrido en 2015: tuvo una tasa de 22,2 homicidios cada 100 mil habitantes, con un aumento del 12,7% respecto de 2015.
Rosario figura en el cuarto lugar de ese mismo ranking -con 14,4 homicidios cada 100 mil habitantes-, aunque tuvo una mejora respecto al año anterior, cuando fue la segunda con más asesinatos.
En líneas generales, entre 2015 y 2016, la tasa de homicidios cada 100 mil habitantes bajó en un 9,1% en todo el país. En cantidad de víctimas, eso representa una disminución de 2.837 a 2.605, con un promedio de siete casos por día. En comparación con el resto de los países de América Latina, Argentina tiene la tercera tasa más baja de homicidios después de Chile y Ecuador, con 6 homicidios cada 100 mil habitantes, aunque algunos municipios todavía superan holgadamente esa cifra.
En segundo lugar de las ciudades más peligrosas, después de Santa Fe, aparece Moreno, en el oeste del conurbano bonaerense. Allí los homicidios crecieron un 24,8% respecto del último año. El tercer lugar le corresponde al departamento de Patiño, en Formosa, cerca de la frontera con Paraguay. Durante 2016 se cometieron diez crímenes en esa ciudad, que ingresó al ranking por su relación entre población y el número homicidios. Las localidades con menos de esa cantidad quedaron excluidas de la estadística.
Siempre según las estadísticas oficiales, en la mayoría de las grandes ciudades se redujo la cantidad de homicidios. Bariloche tuvo un descenso del 18,2%; Tucumán, del 26,5%; Córdoba, del 7,6%; Mar del Plata, del 40,3%; La Plata, del 6,7%; y la ciudad de Buenos Aires (51° el ranking nacional), del 23,8%.
Las cifras presentadas también muestran una baja en otros delitos: durante 2016 hubo 994 robos cada 100.000 habitantes, 3,2% menos que en 2015. Una disminución similar tuvieron el hurto, que cerró el año con 620 casos cada 100 mil habitantes; los delitos contra la propiedad, con 1942 denuncias cada 100 mil habitantes.