La víctima de la estafa fue una vecina de Franck, que a principios de mayo publicó a la venta una bicicleta a través de las redes sociales. A raíz de esa publicación la contactó una persona interesada en adquirir el rodado; intercambiaron números de Whatsapp y continuaron la negociación por esa vía.
El 5 de mayo, el presunto comprador informó que iba a realizar una transferencia de 500 mil pesos. Enseguida, la víctima recibió una llamada telefónica de una persona que sostuvo que llamaba de la entidad bancaria, y que debía habilitar la transferencia. Engañada, la víctima ingresó al homebanking y siguió las indicaciones de los estafadores, quienes lograron perpetrar la maniobra y le vaciaron diferentes cuentas: una cuenta sueldo, una caja de ahorro y los fondos de una billetera virtual, por tres millones de pesos, y además le gestionaron un préstamo por dos millones y medio de pesos.
Todos estos fondos fueron transferidos a dos cuentas, que los investigadores lograron dar con las titulares: Rocío A. y Brenda S. Las mujeres fueron detenidas en Río Tercero, de donde son oriundas, y trasladadas a Santa Fe, donde fueron imputadas.
Luego en otra audiencia, el fiscal Alejandro Benítez logró acordar que devuelvan a la víctima el dinero que le habían quitado.
El conflicto resulta beneficioso para la mujer y es un castigo para las imputadas, ya que según las leyes actuales, no pueden ir presas por el delito que cometieron de acuerdo a lo que indica el Código Penal.