En la sala de Hemodinamia y Cardiología del Sanatorio Esperanza se realizó con éxito una intervención que consistió en el implante de una válvula aórtica a nivel percutáneo, procedimiento que requirió un importante equipo multidisciplinario de profesionales médicos y por supuesto recursos tecnológicos de punta.
En este sentido el doctor Jorge Allin, en diálogo con Rubén Estrubia, se refirió a la cirugía que llevaron a cabo a una paciente.
El procedimiento
Explicó que la intervención se realiza «con un catéter para lograr a través de la ingle implantar la válvula aórtica con el corazón latiendo, sin recurrir a la cirugía a cielo abierto como tradicionalmente se hace. Es un avance importante en el área sobre todo esto que hacemos nosotros que es hemodinamia y cateterismo.
Es una de las cosas más importantes que se ha presentado en el mundo como evolución médica y hoy poder hacerlo en nuestra ciudad es un orgullo para todos nosotros como institución».
Respecto al equipo médico que intervino señaló que «en este tipo de cirugías intervienen muchas personas, desde anestesistas, cardiólogos clínicos, terapistas, enfermeros, técnicos, todos especializados en esto para que juntos podamos lograr la preparación y después del implante una recuperación satisfactoria».
Cabe destacar que la válvula aórtica es la que abre y permite el flujo de la sangre hasta la aorta, luego cierra para impedir el descenso, de manera que cuando se presenta una estenosis por cualquier motivo, sea un fallo congénito o simple proceso degenerativo, la válvula imposibilita el paso de la sangre y por ende amerita ser reemplazada.
Esta práctica médica de alta precisión se realiza en Buenos Aires y en muy pocos lugares del interior del país, de allí que adquiera mayor importancia lo realizado hace pocos días en Sanatorio Esperanza, situación que demuestra que en dicho centro asistencial hay infraestructura y material humano de excelencia para responder a las más altas demandas médicas.