Sucedió el sábado en un certamen de mayores no federados, en el extremo sur de la ciudad. Se armó una gran batahola y un hombre sacó un revólver, con el que efectuó disparos. Tres personas fueron detenidas gracias a la rápida reacción policial.
No es la primera vez que en el certamen de fútbol para mayores que tiene lugar los sábados en el extremo sur de la ciudad la tarde termine de la peor manera.
De todas maneras nunca se había llegado a semejante nivel de locura, pero en un partido “áspero” primero hubo empujones, después golpes de puño, luego algunos aparecieron con palos y para completarla un hombre sacó un arma de fuego y efectuó disparos.
De milagro no hubo heridos de bala, aunque sí varios terminaron con lesiones por el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.
Esperancino.com.ar pudo saber que se “midieron” dos clanes: los Rodríguez por un lado y los Aranda por otro. Consumada la locura los integrantes de esta última familia huyeron del lugar.
Finalmente a pocas cuadras del lugar el Comando Radioeléctrico y la Guardia de Infantería apresaron al mayor de los Aranda, de 70 años, y a dos de sus hijos.
Los efectivos actuantes secuestraron el arma de puño y si bien detuvieron a los tres, como el progenitor se hizo cargo de los disparos es el único que todavía está preso.
¿Tiró al aire para intimidar o al piso y las balas rebotaron y no mataron sólo por obra de Dios? Planteamos este interrogante porque no está del todo claro, de un lado dicen que “apenas fue un tiro al cielo para que se dejen de jod…” y, como siempre en estos casos, la opinión de los demás es diametralmente opuesta: “disparó al piso varias veces y no hirió a nadie de milagro”.
Habrá que seguir con atención cómo se presentan los hechos de ahora en más entre estas familias enfrentadas desde hace mucho tiempo y también los organizadores del torneo tendrán que tomar mayores recaudos con el tema de la seguridad, antes que sea demasiado tarde.