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Opina Eduardo Marnicco: «La campaña fue pobrísima»

En el siguiente artículo el reconocido periodista esperancino analiza en profundidad lo sucedido en la previa de las elecciones y, sin pelos en la lengua, sostiene que «la campaña fue pobrísima».

 

Una campaña de corto aliento conceptual y propositivo

Los candidatos que pretenden ocupar las cuatro bancas que se ponen en juego en el Concejo Municipal de Esperanza trabajaron a destajo en las últimas semanas con visitas a los barrios e innumerables contactos con los vecinos.

Una práctica saludable, por cierto, si se entiende la política como servicio público que propende al bien común y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Práctica que debería continuar como usual dinámica de trabajo de los concejales una vez que llegan a las bancas. La ordenanza del «Concejo en los barrios» sigue esperando su aplicación en los hechos.

En el primer tramo del proselitismo, en ocasión de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, el candidato del socialismo, Jorge Baronetti (el único competidor de las PASO que es nuevo en la actividad político-partidaria) vio claramente que la agenda más ajustada a la realidad y que fija las prioridades está en la demanda de los mismos vecinos. E hizo honor a su apelativo «Topo», porque excavó en los ánimos y las necesidades de los diferentes vecindarios e instituciones para armar una primera línea de trabajo en su debut como candidato. Le fue muy bien: sumó dos mil votos a la lista definitiva que presenta el próximo domingo el Frente Progresista que gobierna la provincia de Santa Fe hace una década y que encabeza el ex concejal (UCR Neo) Andrés Grenón.

Víctor Elena y Eduardo Kinen hacen eje en la gestión de la intendenta Ana Maria Meiners, que necesita el acompañamiento del Concejo para completar su tercer mandato consecutivo con el avance de las obras en ejecución y planificadas.

La presidenta del Concejo, Norma Andrea Martinez, es debutante en la alianza PRO-UCR universitarios, denominada Cambiemos, que le concedió el primer lugar en la nómina para que se quede en el cuerpo deliberante cuatro años más.

La cosecha de sufragios, en las primarias, por el notable rendimiento electoral de la marca Cambiemos en todos lados, dejó abierta la puerta para que la ex radical fascendinista entre de nuevo al recinto.

El PDP no tuvo competencia en las PASO porque sus dirigentes eligieron ir por afuera de la coalición que integran en la provincia de Santa Fe: postula a la counseling María Susana Huber para devolver a la democracia progresista la presencia que perdió en la elección donde no pudo renovar Gabriela Formica.

El reparto de la preferencia electoral en las primarias del 13 de agosto indica que el tablero se divide en tres partes: Cambiemos, Partido Justicialista y Frente Progresista.

Martínez, Elena y Grenón son los referentes que deben pugnar por alterar esa división por tercios de los votantes esperancinos.

Quizá los segundos en esas nóminas, Guillermo Bonvin, Eduardo Kinen y Jorge «Topo» Baronetti, respectivamente, ayuden a modificar ese esquema y hagan prevalecer una lista sobre otra a la hora de asignar las bancas que deben ocuparse a partir del 10 de diciembre.

En lo conceptual y propositivo, quien escribe estas líneas evalúa que la campaña fue pobrísima. Cambiemos apeló a los supuestos logros del gobierno de Mauricio Macri. El Frente Progresista al respaldo del gobierno de la provincia. El justicialismo pide revalidar títulos y conformar un Concejo «a favor» que sostenga el crecimiento de Esperanza.

Quizás la gestión de Ana Meiners, cuya transparencia y honestidad tiene aval de organismos internaciones de crédito (sus técnicos auditaron las cuentas del municipio para que sea garantía de préstamos al Parque Industrial «Ciudad de Esperanza»), sumado a la capacidad de trabajo e iniciativa del equipo de la intendenta, sean responsables del escaso margen de maniobra que tuvieron los opositores durante la campaña proselitista que termina con la veda a las 8 de la mañana del próximo viernes.

 

Por Eduardo Andrés Marnicco.