Apenas el portal líder en información y cantidad de visitantes de toda la región sacó el adelanto de una investigación sobre maniobras muy dudosas en torno al Instituto Educativo Santo Domingo, se puso en marcha un aceitado engranaje con personas allegadas a algunos poderosos -vaya casualidad, todos parientes de los sospechados de hacerse millonarios bajo “el paraguas” de la educación- con lo cual quisieron instalar que “Esperancino miente”.
Una vez más, equivocaron el camino… Les podrá gustar o no nuestra tarea, pero es evidente que siempre trabajamos con la verdad, por eso en lugar de argumentos echaron mano a arteros ataques.
Si no pasa nada y no existe denuncia penal -como hicieron correr en la zona-, ¿por qué de urgencia reunieron a los profesores y al personal de la fábrica?, ¿y por qué motivo contrataron a un polémico abogado esperancino como asesor?, ¿“están sucios” y asustados?, no creemos que sea así, debe ser mera casualidad… ¿Por qué no dan la cara y cuentan su verdad, aceptando preguntas sin compromisos?
Patas cortas
Una de las tantas chicanas fue el comunicado del Instituto negando conocer el tema, aunque antes de esto hubo reuniones para alertar que se venían problemas… Y lógico, quienes están al frente responden al mismo círculo que disfruta de las mieles de un millonario negocio que poco tiene que ver con la educación.
«El Consejo Directivo de la Asociación Civil INSTITUTO EDUCATIVO SANTO DOMINGO informa que ha tomado conocimiento de manera informal, a través del Diario El Esperancino, de una denuncia penal efectuada. Aclaramos que hasta el momento de manera formal no se recibió ninguna notificación al respecto”, dice de manera textual lo enviado a los padres.
Primero, nadie puso ni pone en duda la labor del Instituto en cuanto a la enseñanza, eso debe quedar claro, sí sobre los cuantiosos negocios a su alrededor.
Segundo, ratificamos que la denuncia penal fue radicada el 1 de agosto de este año (foto de portada), o sea, hace un mes… Es imposible que no sepan, mienten de manera descarada.
En la nota de ayer transcribimos varios párrafos y los que manejan todo esto como se les da la gana, cual patrones de estancia, conocen muy bien el contenido, que habla de extorsión, negocios millonarios bajo el escudo del Instituto y que iría al bolsillo de “unos pocos vivos”.
Lo mismo ante el Ministerio de Educación, allí se pide la intervención del Instituto… Es evidente, que lo único que hace Esperancino.com.ar es reflejar lo que consta en el ámbito judicial y en oficinas del gobierno provincial, originado por gente que se hartó y contó parte de lo que estaría sucediendo desde hace varios años.
Algunas preguntas
Les pedimos a los implicados -sobre quienes ya saldrán fotos, nombres, apellidos y movimientos en el segundo informe, porque este es solo para contestar las difamaciones de estos “trasnochados”-, que piensen mejor los próximos pasos, porque cada letra que escribimos está documentada y se molestaron más porque el tema salió a la luz, que por la gravedad de las acusaciones.
Igual como adelanto, por si se animan a enfrentar una entrevista y van pensando como justificar lo prácticamente injustificable, planteamos algunas dudas:
¿Es cierto que el que creó este imperio es millonario y al alejarse dejó a toda su familia al frente para que nadie “meta las narices donde no debe”? ¿Los empleados entran por “ser amigos de” y están obligados a callar? (a pesar que varios hablaron con este portal y la red de medios de la cual formamos parte y contaron cosas muy interesantes). Lo mismo los vecinos y ex miembros de la directiva, que ayer saturaron nuestras vías de comunicación para sumar detalles muy escabrosos.
Respecto a los empleados, ¿será cierto que durante bastante tiempo para engañar a ATILRA los hacían figurar de otra manera, en una tarea distinta a la que realmente desarrollaban?
Nos cuesta creer que gente tan seria haya arrojado suero en los campos de la zona y los numerosos videos que nos enviaron “deben ser de otro lado”… Tiene que tratarse “de otra mentira”, ¿o no?
¿Faltan a la verdad los que mencionan la comercialización de leche “en negro”, enfriada en “Los Colonizadores” y vendida en otro lugar bastante lejano? ¿Será mentira que los que manejan los millonarios negocios a su antojo están armando una planta en Llambi Campbell?
¿También estarán equivocados los que dicen que a pesar de los millones facturados, los salones del establecimiento sufren goteras y cuidan el uso de los aires acondicionados para no gastar tanto?
Los integrantes de la familia a la cual todos apuntan por sus manejos personales, ¿tenían el mismo nivel de vida antes de los lácteos y los animales que surgieron detrás del Instituto? ¿Ya se trasladaban en lujosos vehículos -valuados en más de $ 20.000.000-? ¿Coinciden sus movimientos económicos con el salario como empleados?
Hay más preguntas y si todo es mentira con seguridad nos llamarán para responder el amplio cuestionario y aclararán que “todo es legal”, que nadie se hizo millonario gracias a los negocios satélites del Instituto… En el mientras tanto, sería mejor que cierren la boca, que dejen de embarrar la cancha y de intentar ensuciarnos sin sentido, porque lo único que hacemos es periodismo sin compromisos.