Germán Castañeda, alias “Germancito”, no fue un preso más en la historia criminal de Santa Fe. A sus 19 años acumuló un acaudalado prontuario policial que implicó balaceras y homicidios y que terminó con el joven detenido en la cárcel de Las Flores purgando una condena por uno de los delitos más pesados que contempla el Código Penal: el de quitar la vida. Este viernes fue ultimado dentro del Penal N°2.
Su apodo, que de tierno no tuvo nada, fue una de las primeras pistas que figuraban en el expediente judicial (o legajo) que tuvo la causa que investigó el homicidio de Iván Albarengo, un niño de 11 años, que en enero del 2016 murió tras quedar en el medio de una balacera en Obispo Boneo al 5600, en barrio Las Lomas. Los primeros en quedar detenidos por ese crimen fueron Leandro Armelino y Alejandro “Porrón” Barrios, quienes fueron imputados en ese entonces por la fiscal Cristina Ferraro, que les achacó haber participado del tiroteo que terminó con la vida de Albarengo, cuando este se encontraba debajo de un árbol. Con el devenir de la investigación, se estableció que en esa balacera también estuvo implicado Germán Castañeda. El reguero de sangre que dejó la muerte de Ivan Albarengo, no fue lo único que ató a Germáncito con una causa judicial, sino que unos meses después el joven, de 19 años en ese entonces, quedó nuevamente salpicado en una causa judicial cuyo inicio fue un salvaje doble homicidio ocurrido el viernes 25 de marzo de ese mismo año, en plena Semana Santa, que de santa no tuvo nada.
Aquel día, Daniel (50) y Roque Sánchez (30) atendían su almacén de Estanislao Zeballos al 5500 del barrio Cabal, cuando de repente ingresó al local un joven –que según la Fiscalía fue Germancito– y pidió una cerveza. Sin embargo, cuando se la trajeron pidió otra marca por lo que se la cambiaron. Seguidamente aquel cliente sacó un arma de fuego y a un metro de distancia gatilló. Primero mató a Daniel y luego Roque, cuyos decesos fueron en el acto. La secuencia fue presenciada por Víctor Sánchez (hijo y hermano de los fallecidos), que también se encontraba en el negocio y el cual además recibió un disparo que, si bien lo dejó hospitalizado, logró sobrevivir de lo que fue aquella brutal cacería cuyo móvil, según los trascendidos de ese momento, había sido porque los Sánchez habían participado de marchas en las que se repudió el homicidio de Ivan Albarengo. Ya en el radar de los investigadores de la Policía de Investigaciones (PDI), Germancito escapó de Santa Fe y se mantuvo prófugo de la Justicia hasta los primeros días de abril de ese año, cuando terminó siendo capturado por la Policía Bonaerense en un control realizado en la localidad de Alejandro Korn, provincia de Buenos Aires. Traído hasta Santa Fe, Germancito fue imputado en tribunales por la fiscal Ferraro que le achacó el homicidio de Ivan Albarengo y el doble crimen de los Sánchez, por lo que inmediatamente el juez Héctor Gabriel Candioti ordenó su detención dentro de un establecimiento carcelario.
El 7 de noviembre de 2018, Germancito, junto con Alejandro Paulo Barrios alias «El porrón» y Leandro Armelino, fueron condenados a 21 años de prisión por el crimen de Ivan Albarengo ocurrido dos años antes en Boneo al 5600 del barrio Las Lomas.
Desde entonces, Germancito purgó esa condena y tenía que rendir cuenta sobre lo ocurrido en el almacén donde mataron a los Sánchez, cuya causa se estancó y cambió de fiscal en dos oportunidades.
De hecho, nunca llegó a la instancia de juicio.
Este viernes, dos internos alojados en el Pabellón 3 de la cárcel de Las Flores treparon un alambrado y fueron hasta el campo de deportes del penal. El plan fue claro y efectivo: matar a Castañeda, quien tras ser abordado por los reclusos recibió por lo menos cinco puñaladas que provocaron su traslado al hospital Iturraspe en donde se constató su fallecimiento.