CombatiĆ³ en Malvinas y defendiĆ³ con las armas su patria. En ese tiempo era Osvaldo Marrone, un joven de apenas 18 aƱos entre tantos otros que pusieron en juego su vida por una causa histĆ³rica que fue aprovechada en su momento por el gobierno de facto.
NaciĆ³ en la ciudad cordobesa de Corral de Bustos y hoy vive en ChaƱar Ladeado, a pocos kilĆ³metros de su pueblo natal, pero de este lado de la frontera, en Santa Fe.
Trabaja como tĆ©cnica en sistemas y es empleada de la LoterĆa de CĆ³rdoba. A los 17 aƱos formĆ³ parte del BatallĆ³n de Ingenieros NĀ°9 con sede en Sarmiento (Chubut), cuando su nombre era Osvaldo peleando contra los britĆ”nicos. Estuvo en un pozo de zorro en la BahĆa Fox soportando durante varios dĆas los bombardeos y los ataques por tierra, hasta que debieron rendirse el 14 de junio de 1982.
Hoy es Tahiana Marrone, tiene 51 aƱos y desde hace dos readecuĆ³ su identidad de gĆ©nero y es una mujer trans que busca ser aceptada por la sociedad y por su propia familia. En su perfil de Facebook se define asĆ: āDivertida, viviendo y siendo felizā.
Sus recuerdos de aquel momento se reflejan en una imagen: el dĆa en que volvieron a Puerto Madryn: āLa gente se acercaba a los camiones para darnos pan. Es el recuerdo mĆ”s fuerte, el que siento mĆ”s profundamenteā, cuenta ahora Tahiana al diario DĆa a DĆa, y agrega: āObvio que cargo con la derrota. Esa es tambiĆ©n una mochila pesada, sentir que defraudamos por no haber concretado la misiĆ³nā.
SiguiĆ³ un tratamiento con hormonas para sobrellevar el sĆndrome de Klinefelter que afectĆ³ su vida. Lo dejĆ³ de lado por cuestiones de salud y su vida cambiĆ³, āpor lo general las trans deben adaptar su cuerpo a su mente. Yo tuve que adaptar mi mente a mi cuerpoā, seƱalĆ³ Tahiana, que agregĆ³ que no se operĆ³, sĆ³lo dejĆ³ de inyectarse testosterona.
SegĆŗn cuenta el diario cordobĆ©s, Tahiana participĆ³ el domingo 2 de abril en el homenaje que su pueblo, Corral de Bustos, les hizo a los ex combatientes de Malvinas. La ovacionaron. Ahora su perfil de Facebook se llenĆ³ de mensajes de apoyo pata que nunca baje los brazos.
Sin lugar a dudas otra historia, entre tantas, de un conflicto innecesario que todavĆa tiene heridas abiertas.