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Los lunes a media mañana la Unidad Regional XI emite un parte de prensa donde nunca da a conocer los ilícitos, esperemos que esto cambie porque una vez más se produjeron numerosos hechos, entre ellos «desaparecieron» motos, bicicletas y amigos de lo ajeno entraron en una casa.

Parece una historia de nunca acabar, porque las autoridades de la Unidad Regional XI anuncian medidas de seguridad, los hechos continúan produciéndose y encima la policía pareciera estar decidida a esconderlos, porque prácticamente nunca da a conocer detalles de los robos que en los últimos meses tomaron un impulso inusitado en la capital de Las Colonias.

Por ejemplo, en una apretada síntesis, ya que con el correr de las horas seguramente saldrán a la luz otros ilícitos, desconocidos ingresaron el sábado a una vivienda ubicada a metros del Colegio San José y sólo pudieron llevarse algo de ropa que se encontraba en la galería, ya que al violentar una puerta que da a la cocina se accionó la alarma que dio aviso al celular del dueño del inmueble, que estaba a dos cuadras cenando y llegó en cuestión de segundos.

Ya no había nadie y cansado de la inseguridad, porque no hace mucho a su hijo le robaron una bicicleta, decidió no llamar a la policía y menos aún acercarse a radicar la denuncia.

Más delitos

El viernes a la noche en la zona de Rivadavia al 3400 robaron una bicicleta marca Venzo rodado 27 y medio. Nadie vio ni escuchó nada y se suma a la larga lista de este tipo de rodados que «desaparecen» todas las semanas en la ciudad (foto inferior).

Asimismo en calle Videla los ladrones que nunca descansan sumaron una víctima más a su largo historial. En este caso se llevaron una Honda CG Titán patente TDW 762, rodado de importante valor sobre el que nada se sabe, aunque la policía estaría trabajando en el caso para intentar esclarecerlo (foto superior).

En otro hecho sin detenidos los cacos se apoderaron de una moderna motocicleta de 200 cc marca Brava color gris modelo 21012 perteneciente a un joven de la localidad de Felicia, quien visitó a un familiar en Simón de Iriondo al 4000 y apenas se bajó entró a la casa y al salir, segundos después, ya no estaba (es una de las imágenes de la parte de arriba de este artículo).

¿Hasta cuándo seguirá esta «fiesta» de unos pocos en detrimento del conjunto de la sociedad esperancina? Con más de 10 móviles trabajando supuestamente en la prevención es raro que nunca agarren a nadie en el momento que cometen el hecho o minutos después, cuando escapan, teniendo en cuenta que las rutas cuentan con custodia en los peajes y en la ciudad no son más de una docena los que, dicho por la propia policía, andan en esto… ¿Entonces por qué nadie frena la ola de robos?