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La emotiva carta del padre César al despedirse de Esperanza

Tal como anunció Esperancino.com.ar, el padre César Zingerling dejó Esperanza tras ser designado párroco en Barrancas y Estación Irigoyen, en el Departamento San Jerónimo de la provincia de Santa Fe.

El sacardote escribió una emotiva carta de despedida que compartimos a continuación:

Querida comunidad:

Escribo estas líneas solo para despedirme, siento la necesidad de hacerlo. Ha sido mucho lo que he recibido, seguro más de lo que he dado. La ciudad de Esperanza fue mi primer destino como sacerdote, llegué aquí el 13 de diciembre de 2018, al día siguiente de mi Ordenación Sacerdotal. Todos ustedes han sido de alguna manera los que fueron puliendo mi corazón sacerdotal, soy feliz en esta vocación, respondiendo a este llamado. La vida del cura tiene momentos de mucha alegría, pero el Señor no me ha privado de cruces y obstáculos en el camino. Pero así es la vida de todos, y hay que disfrutar de los buenos momentos y hay que aprender de aquellos que nos hacen sufrir. Siempre lo digo: “todo aquel que se acerca a un sacerdote, lo ayuda a recordar lo que es, un servidor”. Sea para que visitemos un enfermo, hablemos con alguien que necesite ser escuchado por algún problema que lo está preocupando, dar una unción, bendecir un hogar, una familia, un matrimonio, un negocio, bautizar un niño, dar la comunión, celebrar una misa por alguna intención que nos pidan, preparar a una persona para su muerte, despedir a un ser querido, asistir a un pobre, ayudar a un adicto, ser mediador entre aquellos que discuten, compartir la alegría del perdón de un pecador arrepentido, visitar un hogar de ancianos, almorzar o cenar en sus casas, en familia, tratándonos como parte de ellas. Estas cosas y tantas otras, me recuerdan todo el tiempo lo que soy, sacerdote para siempre. Esto es ser cura, esto es lo que trato de ser, aunque a veces no me salga como quisiera. Pido perdón si con alguien no fui amable, si no cumplí con lo que me pidieron, si no di la respuesta justa o no encontraron en mi lo que buscaban.

Quiero agradecer a Dios el Don de la Vocación que me ha regalado, a mis padres, Esther y Juan, que me enseñaron todo lo bueno, me trasmitieron los valores cristianos y en quienes vi el esfuerzo que hay que realizar para llegar a lograr los sueños, la cultura del trabajo, sus testimonios de fe.

Intenté anunciar la Buena Noticia, espero haberlos ayudado a encontrarse con Jesús. Los llevaré siempre en mi corazón, seguiré teniéndolos en cuenta en mis oraciones, les agradezco enormemente haberme enseñado en estos tres años a ser sacerdote.

Que la Virgen Niña y el Sagrado Corazón de Jesús sean faros en el camino que nos conducen hacia Dios.

Padre César Zingerling

“El Señor complete en mí, la obra que ha empezado,

Señor tu grandeza es inmensa, no abandones la obra de tus manos” Sal 137