Una mujer en situación de violencia de género acudió a lo largo de dos años a más de 150 consultas en nueve organismos del Estado para solicitar asistencia, protección y justicia, según una investigación de profesionales del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe.
El caso salió a la luz en el libro «Ruta crítica – Trayectorias que siguen las mujeres en situación de violencia», presentado en la ciudad de Santa Fe junto a otra investigación denominada «Reescribiendo historias entre mujeres», que aborda a través de la experiencia de trabajo grupal la problemática de la violencia de género.
El psicólogo Octavio Bassó, autor de la primera investigación junto a su colega Paula Bessoni, indicó que «una cantidad significativa de mujeres expresan de manera reiterada que al momento de tomar la decisión de buscar ayuda inician un largo recorrido que implica agotamiento, frustraciones y muchas veces el abandono de ese primer pedido de ayuda».
«Una de las mujeres, de barrio Santa Rita, concurrió en el lapso de dos años a nueve instituciones diferentes y a cada una en promedio debió acudir 17 veces; esto expresado en distancias significa que debió recorrer en ese período 403 kilómetros para pedir asistencia, protección y justicia», señaló Bassó durante la presentación.
El psicólogo añadió que «la investigación deja en claro que las mujeres no fueron pasivas, sino que elaboraron estrategias para evitar la violencia y sobrevivir» y que las conclusiones «están dirigidas a quienes deben tomar decisiones en políticas públicas, como así también para operadores, profesionales que trabajan en equipos de atención a víctimas» y demás actores en el proceso, como integrantes de fuerzas de seguridad.
En tanto, la investigación que da cuenta de la experiencia sobre el trabajo en grupo en el Centro de Asistencia a la Víctima estuvo a cargo de la psicóloga Carolina Asensio y de la licenciada en Trabajo Social, Silvia Nadalich. Asensio remarcó «la necesidad de dejar registro de lo que se trabaja en el espacio grupal cuyas integrantes están todas atravesadas por la problemática de la violencia de género», y contó que «son pilares de la investigación dar cuenta de cómo la violencia de género afecta la vida cotidiana de estas mujeres y procurar reflejar cuáles son los efectos en la experiencia y en la vida de ellas a partir de su participación en el grupo».
Por su parte, Nadalich agradeció la participación de las mujeres y destacó que el desarrollo de las tareas del grupo antes y durante la investigación «fue un proceso que, como mujeres y trabajando esta temática, tuvo para nosotras un alto impacto, un aprendizaje en lo individual y en lo colectivo, y apuntamos a realizar un aporte, especialmente a quienes trabajan en estas problemáticas».