El 20 de enero de 2013 una Toyota Hilux que circulaba por ruta 70 a muy alta velocidad y trasladaba a Marcos Zago y al esperancino Ayrton Reutemann chocó con un Fiat 147 cerca del Arco de la Colonización y cuatro adolescentes que iban en ese vehículo perdieron la vida.
Desde ese día iniciaron un plan para que la verdad sobre quien manejaba el vehículo de mayor porte no salga a la luz, la causa atravesó situaciones insólitas, buscaron “dormirla” de todas las maneras posibles. “Por plata acomodaron todo. Después del accidente, al tomar los datos, la policía no actuó como debía”, siguen denunciando desde el círculo familiar de las víctimas.
En noviembre de 2017, es decir 5 años después, Zago se quebró y contó, por primera vez ante un tribunal, que él solo dijo que manejaba para cubrir a Reutemann, que en ese momento era menor de edad.
Al máximo tribunal
La Justicia no le creyó a Zago y lo condenó a cuatro años de cumplimiento efectivo y además le impuso una inhabilitación para conducir por diez años. Sin embargo, la defensa cuestionó esta medida y la Cámara de Apelaciones ordenó su nulidad por carecer de fundamentación. Ese organismo también ordenó que se continúe con el trámite y se designe a un juez reemplazante.
Como si algo faltara para dilatar el proceso, uno de los fiscales se interpuso a esta determinación y presentó un recurso extraordinario en la Corte Suprema de Justicia de la provincia.
Ahora, el máximo ente judicial santafesino debe emitir una resolución: o hace lugar al planteo o designa un juez subrogante.
Según pudo averiguar Esperancino.com.ar en el 2020 se resolvieron algunos recursos y trámites previos, pero no hubo mayores novedades en la causa debido a que los tribunales estuvieron cerrados varios meses por la pandemia del coronavirus.
Los dos libres
Mientras tanto, al no estar firme la condena, Zago no está preso y puede continuar conduciendo, mientras las familias de las víctimas siguen reclamando que se encuentre al verdadero culpable.
El abogado querellante, Hernán Nessier, le explicó a este portal que “generalmente las causas de homicidio culposo terminan con penas en suspenso, sin embargo, en este caso el tribunal dispuso una condena efectiva, algo que sorprendió a la gran mayoría”.
Esta situación podría haber derivado en que 5 años después, el supuesto conductor se quiebre y diga que en realidad no fue él, sino su amigo quien manejaba.
Nessier también mencionó que el caso tuvo muchas controversias desde un principio, por ejemplo, en el acta policial se estableció que la Toyota Hilux apenas sobrepasaba los 100 kilómetros por hora al momento del impacto, mientras que los familiares de las víctimas afirman que tienen pruebas para demostrar que iba a una velocidad cercana a 160.
Hoy se cumplen ocho años de aquella trágica jornada. ¿Algún día se conocerá la verdad para que los jóvenes fallecidos puedan descansar en paz?