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Finalizó el certamen nacional que le devolvió vida al velódromo. Satisfacción entre la dirigencia por el apoyo del público y el nivel deportivo, donde una vez más la esperancina brilló obteniendo la Medalla de Oro en persecución individual y de Plata en carreras por puntos.
Pareció que el tiempo no había pasado, dio la sensación que estábamos en 1999, que el Velódromo «Ciudad de Esperanza» se vestía como en sus mejores galas y que una rubia con sus pelos al viento se llenaba de gloria sorprendiendo a todos, ya que a pesar de no registrar ningún antecedente en el ciclismo de este nivel obtenía su primer título argentino.
Pero no, de esa época transcurrieron 18 años y en el medio de las casi dos décadas el monstruo de cemento enclavado en el Parque de la Agricultura vivió momentos demasiados oscuros que lo pusieron al borde de la desaparición y esa rubia creció tanto que se transformó en una verdadera leyenda del pedal.
La historia quiso que todo se diera de manera armoniosa, primero un grupo de entusiastas dirigentes decidió encarar el objetivo de poner de pie al olvidado velódromo -cuestión que se pudo conseguir con creces-, después llegó el visto bueno para que un Argentino vuelva a disputarse en la tierra del poeta José Pedroni -quien en sus versos habló de «La bicicleta con Alas»-, el público le dijo sí al desafío acompañando y alentando, y finalmente ella, «La Gringa de Oro», le puso la frutilla al postre levantando vuelo para quedarse con una Medalla de Oro y una de Plata, demostrando que los años no pueden con sus cualidades de deportista excepcional.
«Realmente estamos muy conformes, es como vivir un sueño, hace poco más de un año era impensado vivir una fiesta como esta en este velódromo totalmente renovado y que para colmo Valeria Müller se corone de nuevo», dijeron, sin ocultar su emoción, los dirigentes del Club Ciclista Esperancino.
De otro planeta
En su tierra el viernes Valeria Müller obtuvo su título número 32, fue en la misma especialidad con la que saltó a la fama en 1999 en el velódromo de nuestra ciudad: persecución individual.
Con un tiempo de 04:10,805 otra vez subió a lo más alto del podio, superando a Daiana Moretini y Romina Gutiérrez.
Emocionada pero fiel a su estilo donde la humildad es una de sus cualidades personales más destacables, expresó: «Es una alegría enorme que comparto con mi familia que me apoya en todo».
Pocas horas después, el sábado, compitió en «carrera a los puntos», prueba que tradicionalmente se conoce como vueltas puntables, donde junto a la entrerriana Cristina Greve protagonizó un duelo apasionante que finalmente ganó la visitante, quien sacó una mínima ventaja por el cansancio que arrastraba nuestra representante.
Así, Valeria Müller obtuvo la Medalla de Plata y redondeó un gran fin de semana que demuestra que para ella los años daría la sensación que no pasan, porque en la pista se asemejó a esa rubia que con los pelos al viento dio el golpe en 1999… ¿Seguirá llenándose de gloria esta verdadera leyenda del ciclismo y embajadora de lujo del deporte esperancino?