“Esquivábamos el peaje para poder cargar GNC”, la historia del campeón sabalero de Pilar

La reciente y temprana “historia” futbolística de Santiago Pierotti, el volante que salió campeón con Colón de Santa Fe, nació en las canteras del Club Atlético Pilar, en el Departamento Las Colonias.

“Santi en 8va sale goleador y empieza a ser tentado por algunos clubes de la zona para que participe de torneitos”, contó Verónica Bustos, mamá y estandarte del jugador junto a su papá Marcelo.

“Lo llamaron para participar de encuentros con Colón, con Atlético Rafaela, también jugó para el Corinthians de Santa Fe, el mundialito de La Serenísima. Hasta que en un momento tuvo que decidirse, ya que era momento de armar los equipos pre AFA, y él eligió a Colón, eso fue en 2013”, agregó en diálogo con el portal InfoMercury.

El último partido que Santiago jugó con la camiseta de Pilar fue en 2013, en un torneo “Guillermito”.

Al quedar eliminado su equipo, en ese mismo torneo pasó a ser parte de la 2001 de Colón, sumando goles al equipo sabalero y ayudándolo a llegar a las semifinales de oro.

Esfuerzo enorme

“A finales de 2013 y todo el 2014 lo llevábamos nosotros a entrenar dos veces por semana hasta Santa Fe, una vez lo llevaba Marcelo y otra vez yo. Teníamos un auto con GNC, pero igual se nos complicaba económicamente”, relató Verónica, simbolizando el sacrificio que realizan muchas familias de todo el país, que acompañan como pueden a sus hijos en esos primeros años donde deben pasar lamentablemente por un filtro tras otro, desde lo deportivo, hasta lo emocional.

“Hubo veces que esquivábamos el peaje, porque sino no llegaba a cargarle gas a la vuelta al auto. Hubo de todo, pasamos por muchas cosas que solo nosotros sabemos, pero también hubo muchos momentos lindos y con eso nos quedamos, pudiendo decir que todo ese esfuerzo valió la pena”, recordó emocionada la madre de Pierotti.

“Ya cuando quedó en el plantel, le exigían que entrene todos los días. Él mientras tanto cursaba primer año del secundario en el Instituto San Martín de Pilar. Ese año fue complicado, no solo en lo económico, sino en el esfuerzo que él hacía y las cosas que dejaba de lado. Se levantaba temprano para ir al colegio, salía y venía corriendo a casa para comer rápido y subirse al auto. Mientras tanto le preparábamos todo, bolso, ropa, botines, una merienda, una almohada por si quería ir durmiendo la siesta en el viaje. A veces iba leyendo cosas del colegio.  Viajamos así todo el 2014, todos los días”, agregó.

De Pilar a Santa Fe hay cerca de 90 kilómetros, lo que serían unos 180 diarios, 900 semanales, 3600 mensuales y casi 40.000 al año. Más de 400 horas de viaje y andanzas, que solo esta familia recordará para siempre.

“A veces Marcelo, ni bien salía de trabajar, muy cansado, lo buscaba al Colegio, lo llevaba a entrenar y lo esperaba para volver de Santa Fe. Ni bien llegaba, cenaban, dormía unas horas y ya se iba a trabajar de nuevo. Era duro, pero también llevadero. Porque era algo que él quería y nosotros también, porque lo acompañábamos en su decisión y objetivo. Era su sueño”, continúo relatando la mamá del joven campeón.

En la pensión

“Ya en el 2015 pedimos pensión, esperamos un tiempo, algunos compañeritos fueron quedando libres, hasta que entró y tuvo su lugar. Para nosotros fue un alivio, pero también una preocupación, porque tenía solo 13 años. Pero tuvo muy buenos compañeros en la pensión y hoy tiene los mejores recuerdos.

Él fue siempre muy introvertido, muy tímido. Creíamos que iba a ser difícil para él, pero lo logró. Se esforzó, se independizó y lo manejó muy bien. Nos sorprendió”, manifestó Verónica.

Más adelante recordó que “en esa etapa comienza la verdadera formación deportiva y futbolística de Santiago. No solo puertas afuera del club, como persona, sino dentro de la cancha como jugador. De ser el 9 de área goleador, pasó a ser la manija del equipo desde unos metros atrás de los delanteros. Ahí empezó a viajar, a conocer lugares, a aprender mucho. El nivel de competencia era cada vez más exigente, y él siempre se esforzó para superarse”.

Mientras todo eso pasaba, su familia desde Pilar se preocupaba por las otras cosas que sacrificaba por este sueño: “Hubo cosas que a nosotros por ahí nos dolía más a nosotros que a él, como el no poder estar en el pueblo con sus amigos, en el colegio, pero él sabía de muy chico cuál era su objetivo y cuáles las cosas a sacrificar. Hoy sigue teniendo su pequeño grupo de amigos del pueblo, tiene una excelente relación con ellos. Y a pesar de esas distancias, él no lo sufrió tanto, porque repito, él estaba haciendo el esfuerzo por el sueño que tenía. Lo único que lo ponía mal a él. era lesionarse y estar afuera de algún que otro partido. Eso lo ponía muy mal. Lo demás no”.

Debut en Primera

“Él se fue soltando y haciendo su camino solo. Todo lo que vino luego para nosotros fue un sueño, un sueño hecho realidad. No era nuestro sueño, yo no soñé nunca con tener un hijo futbolista, nosotros estamos completos por ver como él logró su sueño, así como me pone contenta ver cómo mis otros hijos cumplen los suyos. Nosotros como padres lo disfrutamos mucho”, narró su mamá.

“Cuando debutó en primera fue increíble, fue tener un nudo en el estómago. Verlo en televisión, que nombren su apellido, que muestren su nombre en una camiseta en el vestuario en la previa, es para nosotros increíble. Nosotros vivimos lo que vive él, desde nuestro lugar, lo disfrutamos mucho. Lo mismo con la citación de la Selección, el viaje a Europa, verlo con la camiseta celeste y blanca, fue todo un sueño. Aún vemos las fotos y no lo podemos creer”, declaró.

“Es increíble que esto le esté pasando a él. Estamos más agradecidos con lo que le está pasando y en cómo el pueblo de Pilar lo trata a él o cómo nos saluda en la calle, sean del club que sean, todos se sienten parte de ese triunfo y de que a él le vaya bien y eso a nosotros nos enorgullece”, finalizó la madre de Santiago Pierotti.

Fuente: Infomercury