El grupo Esperanza por la Familia emitió un comunicado en relación al proyecto de ley de Educación Sexual Integral que ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe y será tratado por el Senado.
A continuación lo compartimos de manera textual:
Cuando está en juego la educación de los hijos
Manifestamos como padres que no es un proyecto integral y está impregnado o sesgado de ideología.
Queremos y reconocemos que se debe educar la sexualidad porque siendo una dimensión de la persona es educable y puede desarrollarse plenamente. Por ello decimos Sí a la Educación Sexual, pero que contemple:
– El respeto del Derecho de los Padres a educar a sus hijos. La escuela es subsidiaria de los padres en la educación de los hijos/as.
– Una «Perspectiva Integral” donde se incluyan en la enseñanza todas las dimensiones de la persona: biológica, psicológica-afectiva- emocional, socio -cultural, espiritual, sin idealizar o priorizar una de ella por sobre las otras. No se puede educar desde un enfoque parcial o desde una sola perspectiva.
– Contenidos amplios, sin perder de vista el sujeto que se está educando, las realidades en las que cada uno vive y la capacidad y desarrollo cognitivo-evolutivo de las/los niña/os, adolescentes y jóvenes que reciben el mensaje.
– El respeto por los idearios institucionales, en los cuales la escuela es subsidiaria de la educación que dan los padres y éstos adhieren a dicho ideario al elegir la propuesta educativa que consideran más propicia para sus hijas/os.
– La consideración que la persona «se desarrolla» en todas sus dimensiones no se construye lo que se «construyen» son casas, muros, mitos- prejuicios, ideologías. Una persona a lo largo de su vida va cambiando y desarrollándose, accediendo a estados más complejos durante este proceso ampliamente explicado por diferentes ciencias.
– La educación y fortalecimiento de las Virtudes Humanas: respeto, tolerancia, paciencia, prudencia, bondad, comprensión, sociabilidad y responsabilidad, con enseñarlas sería suficiente para incluir sin discriminar a nadie por su forma de ser, pensar, por sus elecciones y o formas de vivir.
– La premisa de que las diferencias no son «deficiencias», sino rasgos que nos deben llevar a la ayuda mutua, a la colaboración, a la reciprocidad y la complementariedad, teniendo así la misma dignidad tanto mujeres como varones, y los mismos derechos.
– La concepción de que el fin último de la escuela NO es sólo la transmisión de aprendizajes significativos, sino la promoción del SER HUMANO de forma integral.
Educación para saber elegir, saber elegir para ser libres, ser libres para ser felices.