Nació en Esperanza y ya nada fue igual, disfrutando de un éxito sin precedentes. Después llegó la expansión a Gualeguay y la “frutilla del postre”, la mega obra en la ciudad de Rafaela, donde el primer fin se semana asistieron casi 10.000 personas. ¿De qué te acordás?
A pedido de los lectores hace 15 días le dimos vida a esta sección llamada En el recuerdo, donde pretendemos reflejar lugares y personas que por distintos motivos marcaron a fuego la vida de nuestra ciudad y alrededores.
Empezamos con Pizzería Hawaii -el espacio gastronómico mítico propiedad de Roberto Micheloud- y hoy hacemos hincapié en el boliche que cambió para siempre la noche de la región.
¿Hace falta decir que hablamos de La Fábrica?, esa magnífica creación de “Chelo” Donning, “Coco” Benz y “Chuva” Bachmeier, que a mediados de los 80 se impuso rápidamente convirtiéndose en una confitería que cada fin de semana era visitada por miles de personas que venían de innumerables pueblos y ciudades.
¿Se acuerdan cuando debido a la cantidad de colectivos y otros medios de transporte que colapsaban el transito tuvieron que habilitar un estacionamiento en el campo de deportes de la Escuela Normal?
Además hicieron peatonal una parte de calle Sarmiento porque cerca de la medianoche la zona céntrica era “invadida” por gente ávida de disfrutar de la mejor música, buena compañía y excelentes tragos.
¿Cuántas parejas se habrán formado en ese espacio que sigue vivo en la memoria colectiva de varias generaciones? ¿Anécdotas? Miles, cada persona que pisó alguna vez La Fábrica Disco seguro tiene alguna.
El mayor desafío
Los hacedores de esta idea brillante contaron que abrir en Rafaela fue la mayor “locura” que se les ocurrió, porque buscaron un lugar gigante, el predio donde había funcionado la fábrica La Princesa SA, que elaboraba pan dulce y masitas.
Cerca de 100 personas trabajaron en la puesta a punto del “monstruo” que incluyó dos pistas, cafería, heladería y otras cosas que hicieron que enseguida los rafaelinos adopten a La Fábrica como propia.
La inauguración tuvo lugar en septiembre de 1990 y asistieron ese finde casi 10.000 personas… Hubo largos festejos por el enorme éxito y todo fue dentro de los carriles normales, salvo, como contaría “Chelo” Donning a los colegas de Edición Uno, por la inflación y otros cambios en cuanto al dólar, situación que modificó abruptamente la ecuación y no pararon “de correr” para cubrir el dinero “en descubierto”.
Los que conocen la noche ubican a La Fábrica Disco como uno de los mejores del país por convocatoria, contratación de grupos en vivo y su nivel de excelencia, pero lamentablemente todo se fue diluyendo por los avatares de la economía del país y ciertos errores de los administradores.
La semana pasada empezó la demolición del espacio donde funcionó el legendario boliche en la Perla del Oeste (foto de abajo) y tal como ocurrió cuando apagaron la última luz en el inmueble de calle Moreno y Pueyrredón en Esperanza, a más de uno se le plantó un lagrimón y se le vinieron a la mente innumerables recuerdos… ¿Se animan a compartir algunos?