El Río Salado está muy bajo y podría llegar a niveles por debajo de cero: las imágenes

En el puente de la ruta 70, cerca de Recreo, el río Salado oscila en unos 0,60 metros y lentamente se acerca al cero del hidrómetro y en Santo Tomé apenas supera los 0,50 metros, un nivel que expuso la geomembrana con bloques de hormigón que protege la defensa de la costanera santotomesina de la erosión hídrica.

“La proyección es que el río Salado va a seguir bajando y podría llegar a niveles por debajo del cero en el hidrómetro de la ruta 70”, adelanta Gustavo Ferreira, a cargo del área de prevención hídrica de la Secretaría de Recursos Hídricos de Santa Fe, en una entrevista con Aire de Santa Fe.

¿Qué probabilidad hay de que el río Salado caiga a niveles extremos, cómo el récord de enero de 2009: - 0,43 metros en la ruta 70?

En la Secretaría de Recursos Hídricos estiman que el río va a seguir en descenso durante los próximos meses –porque durante el invierno las lluvias son más escasas- pero con un ritmo progresivo y lento.Es muy difícil saber ahora si puede llegar a picos mínimos, como el del 2009. “Todavía hay agua en los arroyos y lagunas de los Bajos Submeridionales, y también sigue bajando agua desde Salta y Santiago del Estero”, destaca Ferreira.

Cuando explica la dinámica del Salado, Ricardo Giacosa, investigador del Instituto Nacional del Agua (INA), siempre recuerda que el 60% del agua que llega a la desembocadura en el río Coronda, entre Santo Tomé y Santa Fe, viene de los Bajos Submeridionales –a través del sistema que conforman el Golondrina y el Calchaquí- y en la cuenca también influye el aporte de la cuenca larga, que nace en Salta, atraviesa Santiago del Estero y entra en territorio santafesino a la altura de Tostado.

En el puente de la ruta 70, el Salado se mide con regularidad desde 1952, con hidrómetros de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de Nación y la Provincia de Santa Fe. Estos casi 70 años de mediciones –con alguna interrupción durante el Menemismo en los 90’- permiten trazar al menos una historia reciente de la cuenca, que tuvo sus dos extremos en la trágica crecida de abril de 2003 (el 29 de abril, cuando inundó la ciudad de Santa Fe, marcó 7,89 metros en este punto) y en la bajante de enero de 2009 (- 0,43 metros el 17 de enero).

El análisis de las estadísticas permite observar, además, que son muy frecuentes los niveles bajos –cercanos al cero- en una cuenca que tiene ciclos y contrastes fuertes, según cómo evolucione el régimen de lluvias. El escenario de mayor riesgo, en las crecidas, se genera cuando los Bajos Submeridionales están cargados de agua y a la ecuación se suma lluvias muy intensas en las cuencas de los arroyos Cululú, San Antonio, Las Conchas y el Pantanoso.

Hay cuatro puntos de la cuenca, en los que el impacto de la bajante de este año es significativo.

1- En el puente de la ruta provincial 4, en un hermoso rincón de la cuenca –cerca de Manucho- que se conoce como “El Remanso”, el Salado corre muy encajonado y se formó una “barranca” de casi cinco metros. Con la bajante, quedaron expuestos restos de pilotes de madera junto al viejo puente ferroviario. Aquí se instaló un hidrómetro complementario de la red de alerta de la provincia.

2- En el camping municipal de Esperanza, muy cerca de la desembocadura del arroyo Cululú, son muy visibles los constantes meandros del Salado.

3- En el puente de la ruta 70, entre Recreo y Esperanza, se puede llegar caminando al hidrómetro que se utiliza para medir las crecidas y que quedó a 50 metros del cauce principal del río. En contacto con el agua hay dos escalas y la regla de una ya no alcanza para medir el nivel del río, que sigue bajando.

4- Las postales de la cuenca en la autopista Santa Fe – Rosario y a lo largo de la costanera de Santo Tomé sorprenden: quizás, la geomenbrana de bloques de hormigón que está cerca del Puente Carretero sea lo que más llama la atención, pero la extensión de la playa del balneario, junto a las torres de alta tensión, también es una imagen fuerte.

Por Gastón Neffen