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Dueños del corralón aceptarán su culpabilidad, pero quedan libres tras pagar fianza

A pesar del silencio que hubo en torno a la causa, desde Esperancino.com.ar pudimos saber que el fin de semana se estuvo trabajando en un acuerdo entre las partes y teniendo en cuenta las cuestiones económicas este lunes las víctimas aceptaron recibir una suma de dinero cuyo monto no revelamos por cuestiones de seguridad.

Según lo acordado, tras las fiestas y la feria judicial, los dueños del corralón Foca, Rubén (padre), Nicolás y Jorge Foos, firmarán un juicio abreviado donde aceptarán la culpa de la brutal agresión y los graves delitos que cometieron contra dos ex empleados el domingo 12 de diciembre.

Es por ello que ahora recuperan la libertad bajo una serie de medidas alternativas a la prisión preventiva, entre ellas una prohibición de acercamiento a las víctimas y una fianza de dos millones de pesos. Luego al firmar el acuerdo recibirían una condena en suspenso, es decir que no irán a la cárcel.

Como dijimos el acuerdo fue aceptado por todas las partes, incluido el fiscal Francisco Cecchini.

Por su parte la jueza Susana Luna explicó que con el reconocimiento de responsabilidad en los hechos por parte de los imputados y la finalización del conflicto penal ”desaparecen los riesgos procesales que veníamos a plantear para solicitar la prisión preventiva”.

Duro testimonio

El empleado que resultó más herido fue el joven Jonatan Gómez, a quien el médico policial le constató hematomas, edemas, contusiones, hemorragias, equimosis y fractura en el arco cigomático (pómulo).

En diálogo con Esperancino.com.ar, Gómez, que es patrocinado por el abogado Raúl Sartori, mencionó que trabajó “siempre en negro, nunca firmé nada”.

Consultado por la relación diaria en la empresa contestó que “no saben tratar a la gente, nadie está conforme, el trato de ellos no es normal, por eso nadie dura y todos se van”.

“Me despidieron porque nunca llegamos a un acuerdo de sueldo, nunca estuve a la ley, siempre tuve que pedir, estaba como esclavo, como un perro. Uno siempre hizo lo mejor para que ahora ellos se aprovechen”, agregó.

Respecto al robo de dinero del cual lo acusaron a él y a su ex compañero, Gómez contó: “Me entero ese día, no sé nada y no me interesa. Estoy tranquilo, yo fui a cobrar lo mío y ellos salieron con eso para no querer pagarnos”.

“Empezaron los dos hijos la pelea y luego el padre, nos quisimos ir y comienzan a golpearnos, ahí es donde se hace todo un lío. Nos golpearon por querer defender lo nuestro. Buscaron hacernos una cama”, declaró.

“Eran tres contra mí y contra mi compañero. Los golpes me hacen caer por la escalera desde la segunda planta a la primera”, agregó.

Jonatan quedó inconsciente y perdió parcialmente la memoria y cree que dejaron de pegarle porque “ya se daban cuenta de lo que había hecho y no les quedó otra que llamar al 911 e intentar lavarse las manos”.