A fines de octubre Esperancino.com.ar contó de manera exclusiva que la Residencia Geriátrica Las Marías, ubicada en la esquina de 25 de Mayo y Crespo, fue intimada por el municipio, que realizó una inspección en el lugar y detectó varias irregularidades.
También relatamos que era inminente una resolución de fondo: el geriátrico cerraba o terminaría clausurado.
Tras esa publicación la dueña de la residencia, María del Rosario Ruiz, envió al portal una carta documento donde negó todo y pretendió silenciarlos o asustarnos para que no hablemos más del tema.
El apriete
“Todo ello es INEXACTO Y FALAZ, debido a que la institución en ningún momento recibió intimación por parte del municipio, además de contar con la habilitación correspondiente, encontrándose el hogar ocupado en un 95% de capacidad, además de no tener reclamos con los las personas alojadas, ni tampoco laborales…
En dicha publicación se emiten agraviantes y falaces acusaciones con respecto a mi persona… En consecuencia, y atento a que la difusión del contenido injuriante emitido en dicho medio de comunicación social online me provocó, INTIMO a que en el plazo de 48 horas de recibida la presente proceda a la RETRACTACION de lo manifestado con respecto a mi persona”, reza la carta documento entre otros conceptos.
El resultado
Lejos de lograr su cometido y a pesar de los intentos a través de abogados para que no hablemos más del tema y que faltemos a la verdad diciéndoles a los miles de lectores de este portal “que todo estaba bien en ese geriátrico” y que el lugar era poco menos “que un paraíso”, seguimos trabajando en la investigación de distintas cuestiones.
Enterada de que no retrocedíamos y viendo que “se le venía la noche” en pocos días -así se lo dijimos a uno de sus asesores legales- porque era inminente la actuación de la Municipalidad, salió desesperada a ofrecer la llave del negocio.
En pocas horas se desprendió del manejo de Las Marías y un hombre se hizo cargo, a quien le explicaron las falencias que tiene el lugar, comprometiéndose a ir poniendo todo en regla conforme a lo que fijan las normativas vigentes.
“No se clausuró enseguida porque por un lado hay plazos legales que cumplir y, por otro, hay que diseñar un dispositivo especial porque no se puede dejar a los abuelos a la deriva, no es sencillo reubicarlos de un día para el otro”, confiaron quienes trabajan en este asunto.
Esperemos que el nuevo propietario pueda estar a la altura de las circunstancias y una vez más queda claro de qué manera informamos… No tenemos ninguna animosidad con ese geriátrico ni con quien era su dueña -es más, ni la conocemos personalmente-, pero como dice un viejo refrán, “con la verdad no ofendo ni temo”.