El 4 de julio se cumplió un mes sin rastros de Enrique Fabiani (74), el ministro de la eucaristía oriundo de Santa Clara de Buena Vista, desaparecido el 4 de junio en un campo de Villaguay, Entre Ríos. La familia emitió un comunicado donde advierte que pedirían el apartamiento de la policía de Entre Ríos.
«En caso de seguirse produciendo contradicciones e inconsistencias en las declaraciones del personal policial que revista en la Brigada de Abigeato, solicitaremos el inmediato apartamiento de la fuerza policial de Entre Ríos», advirtió la familia de Enrique Fabiani en el segundo párrafo del comunicado.
Seguidamente, manifestaron que solicitarán «Que se delegue la investigación a la Gendarmería Nacional».
El comunicado además da cuenta de que, habiendo transcurrido más de un mes, ya no puede hablarse solo de una «Persona desaparecida» sino que se trata de «Alguien que seguramente primero fue privado de su libertad y luego ejecutado o ejecutado por error».
Más de un mes de la desaparición del jubilado de Santa Clara de Buena Vista
Enrique Fabiani partió de su casa en Santa Clara de Buena Vista junto a dos compañeros rumbo al monte de Alcaraz para realizar una cacería. Ese 4 de junio, sus acompañantes se adentraron en el monte y Enrique se separó para ir a buscar al dueño del campo: nunca más volvieron a verlo.
El pasado 4 de julio, al cumplirse un mes de su desaparición, familiares, amigos y vecinos marcharon desde el arco de Alcaraz rumbo a la iglesia donde se celebró una misa para pedir por su pronta aparición.
Las dudas de la familia sobre la investigación
Mientras tanto, la familia de Fabiani tiene dudas respecto de la declaración del dueño del campo, la última persona que tuvo contacto con Enrique.
«Este hombre dio testimonio de que mi padre llegó a su casa a la medianoche, pero el maquinista lo vio cerca de las 20 salir de atrás del monte. Qué hizo mi papá durante todas esas horas. El hombre lo maltrató y le alumbró el camino para que mi papá se vaya», manifestó Melisa, otra de las hijas de Enrique.
Con respecto a los rastreos, Melisa señaló «Los perros de la policía caminan en círculo en la tranquera de Lodi. Los perros ahí pierden el rastro de mi papá. Mi papá no está en el monte, él encontró una salida y pidió ayuda».
La entrevistada cuestionó el operativo: «Son chicos de 17 años que camina por lo limpio», en cambio, destacó el rastrillaje que realizan los bomberos.
«Cuando mi papá salió del campo de Lodi, éste lo denunció y llamó a la policía rural. Llegaron cuatro efectivos hasta el lugar, pero solo declararon dos. Quien atendió el llamado de Lodi a la policía rural dijo que al hombre se lo escuchaba muy nervioso», concluyó Melisa Fabiani.
El martes 4 de junio Enrique, el jubilado de Santa Clara de Buena Vista, fue de cacería al Monte de Alcaraz, ubicado en el kilómetro 104 de la Ruta Nacional 127, departamento Villaguay (Entre Ríos).
La búsqueda
La desaparición de Enrique Fabiani (74) ingresó al Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas, dependiente del ministerio de Seguridad Nacional. Se tomó como fecha el 5 de junio, día en que la familia radicó la denuncia formal sobre la desaparición del hombre.
El martes 4 de junio Enrique fue de cacería al Monte de Alcaraz, ubicado en el kilómetro 104 de la Ruta Nacional 127, departamento Villaguay (Entre Ríos).
Junto a dos amigos emprendió el viaje. A las 16 de aquel martes salieron rumbo al monte, pero Enrique se apartó porque tenía que ir a buscar a Julio, dueño del campo.
Como se trataba de una persona mayor, los compañeros de cacería no quisieron llevarlo al monte solo sin Germán (hijo de Enrique) que se sumaba a la cacería más tarde.
Transcurrieron 20 minutos y los compañeros regresaron al punto donde se habían separado, pero no lo vieron más.
Lo último que se supo de Enrique, antes de la desaparición, es que a las 21.30 pasó frente a unas máquinas cosechadoras y saludó a las personas que estaban trabajando en el lugar, pero no les dijo que se encontraba perdido.
A las 23.30 fue a un campo a pedir ayuda porque estaba desorientado, pero el dueño de la propiedad lo vio armado y le cerró la puerta. Cuando se notificó sobre la desaparición, ese hombre se presentó en la seccional e informó que lo había visto y decidió no asistirlo.