Un estudio reciente a nivel experimental realizado en ratas por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) demostró el efecto beneficioso que produce la sustitución parcial de la grasa dietaria por la semilla de chía sobre la adiposidad y la disminución del tejido adiposo abdominal inducido por una ingesta prolongada de una dieta rica en sacarosa (DRS).
«Los efectos beneficiosos de la administración de chía lograron disminuir la adiposidad visceral (grasa abdominal acumulada) y mejorar o revertir la desregulación del tejido adiposo a través de mecanismos bioquímicos-moleculares», indicó Yolanda Bolzón de Lombardo, docente e investigadora de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB- UNL).
«El modelo dietario que desarrollamos mimetiza el llamado ‘Síndrome Plurimetabólico’ que incluye entre otros desórdenes metabólicos diabetes, dislipidemia (incremento de lípidos en la sangre) y obesidad. Este Síndrome alcanza un carácter de epidemia a nivel mundial incluyendo nuestro país, dado que además de los factores genéticos, los medioambientales tales como sedentarismo, incremento en el consumo de azúcares refinados (fructosa, sacarosa) y de grasas saturadas favorecen su desarrollo.
Una manera de prevenirlo e incluso de mejorarlo es la dieta, y en este sentido hay un interés creciente de identificar nuevos elementos terapéuticos, focalizándose en especial en la nutrición y en la intervención dietética que fue lo que hicimos en el experimento, sustituyendo parcialmente la ingesta de grasa por semillas de chía», enfatizó Lombardo.
Una semilla de larga historia
La chía (Salvia hispánica L) pertenece a la familia Labiatae. Su semilla es una de las fuentes naturales más rica en ácido α linolénico (ALA) de la serie omega 3. Es además muy rica en antioxidantes, fibra dietética, proteínas, vitaminas, minerales y no posee gluten.
En trabajos previos con el mismo modelo experimental los investigadores habían constatado que la administración de la semilla de chía había normalizado el contenido de lípidos bioactivos y la captación y el metabolismo de la glucosa en el músculo cardíaco, normalizando la lipotoxicidad, es decir el efecto adverso de la acumulación de lípidos (grasas) en órganos como el hígado, corazón.
Lo original y novedoso es que ahora asociaron el consumo de chía con la reducción de grasa abdominal, que no sólo tiene efectos estéticos en el organismo sino que mejora a su vez la dislipidemia y la resistencia insulínica periférica global, previniendo enfermedades como diabetes, obesidad e hipertensión
Sobre el estudio
El estudio se realizó durante un período de seis meses en el que se evaluó semanalmente el peso corporal, la ingesta calórica y la presión sanguínea de las ratas. Durante los tres primeros meses los animales recibieron una dieta rica en sacarosa (DRS) cuya fuente grasa fue el aceite de maíz. Al finalizar este período la mitad de los animales continuaron con la DRS y en la otra mitad el aceite de maíz fue reemplazado por semilla de chía durante 3 meses.