Si no fuera por sus consecuencias dramáticas y muchas veces trágicas, podría decirse que por momentos el funcionamiento de la Justicia muestra ciertos toques de comedia.
Hace algunos días una jueza dejó en libertad de manera transitoria a Jorge Luis Tavechio, quien purgaba una condena en la cárcel de Las Flores sin tener en cuenta un informe desfavorable del Servicio Penitenciario de la provincia y como era de esperar el delincuente nunca regresó a su celda.
No es lo más grave, porque lo peor surge cuando uno bucea entre los antecedentes de este sujeto. Su prontuario arranca a mediados de 2003, cuando asesinó brutalmente con un bate de beisbol al docente santafesino Carlos Alberto Delgadino.
El cuerpo de la víctima fue hallado días más tarde en la casa del criminal, enterrado a 40 centímetros de profundidad y bajo un piso de cerámicas. Por el hecho Tavechio fue condenado a 12 años de prisión, pero en septiembre de 2006 le otorgaron el beneficio de las salidas transitorias, que por supuesto aprovechó a su manera.
Poco tiempo después fue detenido por participar de un robo a mano armada y los investigadores comprobaron que el delincuente en cuestión utilizaba sus salidas de la cárcel para otros asuntos y en ese lapso pudo perpetrar al menos ocho «asaltos calificados».
Durante 2013 por estos casos la Justicia los sentenció a cumplir una pena única de 16 años de prisión, aunque las cosas siguieron sin muchas variantes. De manera increíble Tavechio fue noticia nuevamente dos años después, en agosto de 2015, cuando salió beneficiado con el régimen de libertad condicional.
Acto seguido con un revolver calibre 38 en sus manos junto a un cómplice trató de asaltar un negocio céntrico de la capital santafesina a plena luz del día. En el lugar se hicieron presentes efectivos policiales que lograron reducirlo después de un intenso tiroteo. Como consecuencia del enfrentamiento el delincuente fue alcanzado por seis balazos en distintas partes del cuerpo, se recuperó en el Hospital Cullen y volvió a su celda de Las Flores, donde como siempre se portó otra vez como «un preso ejemplar».
A esta triste historia le falta un poco más, situación que demuestra la falta de compromiso social de algunos miembros de la Justicia, ya que el capítulo siguiente se escribió el 21 de abril pasado, cuando Tavecchio salió de prisión nuevamente de manera transitoria. La jueza que concedió el beneficio no atendió el informe desfavorable del Servicio Penitenciario provincial.
Por supuesto que el condenado cruzó la puerta del penal y nunca más regresó. La policía sigue buscando a Tavechio por todos lados, ya irá a caer, pero vale preguntar cuál será el próximo capítulo de este relato que si no fuera por los peligros que encierra bien podría pasar como una comedia de enredos ¿Quién de nosotros será la próxima víctima?