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El tema salió a la luz cuando la madre de un adolescente de Esperanza descubrió los mensajes. Trabajó la Policía de Investigaciones, que ingresó por la fuerza en una vivienda en la que secuestraron una carabina con empuñadura de fabricación casera. Hubo dos detenidos.
Los especialistas siempre repiten que los padres deben controlar los movimientos de los menores en Facebook, que más de una vez se ha transformado en un problema por los contactos que allí entablan los chicos.
Algo de esto sucedió con un joven esperancino que cruzaba mensajes de todo tipo con otro de San Jerónimo Norte, la amistad virtual fue avanzando hasta llegar a un punto que la mamá del pequeño que vive en la capital de Las Colonias sospechó algo raro y decidió mirar el contenido de la información que intercambiaban.
Grande fue su sorpresa al descubrir que el flamante amigo de su hijo insistía con que juntos debían salir a cometer distintos ilícitos, total no los descubrirían, apuntando más que nada a unirse para robar en casas de familia.
De inmediato dio aviso a la policía y tomó el caso la PDI, que copió toda la información y con rápidas y eficientes acciones rápidamente pudo establecer que el contacto era oriundo de San Jerónimo Norte, por lo que con conocimiento de la Justicia allanaron un domicilio de la vecina localidad (fotos que compartimos en este adelanto exclusivo).
Contaron con apoyo de la Guardia de Infantería de la Unidad Regional XI que se encargó de asegurar el perímetro de la casa y de la acción táctica de irrupción, luego los oficiales de la Policía de Investigaciones hicieron su trabajo, incautando una carabina con empuñadura de fabricación casera y cartuchos.
Además detuvieron a dos sujetos, de 18 y 25 años: uno por autoinculparse al decir que el arma le pertenecía y el otro porque saltó que tenía pedido de captura, situación que con el paso de las horas fue desestimada.
De no ser por la oportuna reacción de la madre y la posterior respuesta eficiente y rápida de la PDI no es complicado imaginar cómo iba terminar la historia, ya que el chico esperancino estaba a un paso de aceptar las reiteradas propuestas del otro joven. Ambos por ser menores y porque no llegaron a cometer ningún ilícito lógicamente están en libertad.