El imputado está purgando una condena de 30 años en la cárcel de Las Flores por agredir sexualmente a una comerciante en la peatonal de la ciudad de Santa Fe en 2011. Su pareja cómplice quedó en libertad por orden del juez. Detalles.
Tal como contó en carácter de primicia Esperancino.com.ar, una mujer de 34 años oriunda de nuestra ciudad denunció ante la policía que estaba siendo víctima de una grave extorsión.
Contó que empezó a entablar relación a través de Facebook y WhatsApp con un chico llamado “Joaquín” al que le envió fotos y videos de índole sexual y que luego él le pidió 50 mil pesos para que el material no sea viralizado en las redes sociales.
Enterado el fiscal Alejandro Benítez, dispuso que se realice una entrega de dinero controlada en cercanías de la cancha de Unión de Santa Fe.
La víctima fue al lugar con la plata exigida y una mujer se acercó a retirarla, pero de inmediato varios policías de la Agencia de Investigación Criminal de Las Colonias que estaban infiltrados la cercaron y la detuvieron.
Luego, tras interrogarla y revisar su celular, pudieron saber que el otro involucrado en la extorsión era su novio, quien está preso en la cárcel de Las Flores por una violación a una comerciante la peatonal santafesina.
En consecuencia, el fiscal Benítez ordenó una requisa en la celda de este sujeto, donde los policías secuestraron un celular y otros elementos de interés para la causa.
Otros delitos, la misma víctima
Este sábado por la mañana se llevó a cabo la audiencia imputativa en la que Juan Manuel Martínez, un joven de 30 años condenado a 30 años de cárcel por violar a una comerciante de la peatonal de Santa Fe en 2011, fue imputado junto a su esposa, Joana C.
Desde la celda, Martínez accedió a los teléfonos celulares que le permitieron pergeñar los engaños y las extorsiones imputadas.
Los tres delitos atribuidos tuvieron como destinataria a la misma víctima y fueron cometidos entre los días 20 y 26 de agosto. El fiscal Francisco Cecchini precisó que Martínez, preso en el penal de Las Flores, creó un perfil falso en Facebook con el que se puso en contacto con la mujer radicada en Esperanza.
A través de esa red social entabló una relación de confianza que le permitió solicitarle un bolso con indumentaria: jeans, camisas, calzas, tops, botas, anillos y demás elementos, a fin de ser utilizados “en una sesión de fotografía”. Con la promesa de que luego serían devueltos, un comisionista retiró el bolso de la vivienda de la víctima y se lo entregó a Joana C. en su vivienda. Las prendas nunca fueron devueltas a su dueña.
En otra oportunidad, Martínez le solicitó a la víctima que le transfiera a través de la aplicación Mercado Pago nueve mil pesos que necesitaba para comprar medicación para su padre. Otra vez, quien recibió el dinero fue su esposa.
Por último, Martínez logró que la víctima le envíe fotos íntimas, y luego la amenazó con reenviársela a sus familiares y conocidos si no le entregaba 50 mil pesos. Esta situación motivó que la mujer radique la denuncia con la que se realizó una entrega controlada de dinero que derivó en la aprehensión de Joana C. y la identificación de Martínez como responsable.
Los dos primeros hechos fueron calificados como defraudación por estafa, y el último como extorsión en grado de tentativa, en concurso real y en calidad de coautores para ambos imputados.
Ambos imputados, asistidos por la defensora pública Sonia Bustos, solicitaron declarar. En primer lugar lo hizo la mujer, y pidió que Martínez, quien asistió a la audiencia por videoconferencia desde la cárcel de Las Flores, no escuche su declaración.
La imputada, si bien admitió haber participado de los hechos, negó haber conocido el origen delictivo de los mismos: “Yo no sabía cómo se manejaba mi marido. Sólo buscaba lo que él me decía. No podía opinar, no me daba opción a negarme y si no hacía algo me maltrataba. No sabía que lo que él hacía era delito, sólo recibía las llamadas de él que me mandaba a buscar las cosas.”
Martínez a continuación expresó que él mandaba a su esposa y nunca le explicó lo que era. “Ella desconocía toda la situación”, concluyó.
Prisión y libertad
El fiscal Cecchini solicitó la prisión preventiva para ambos imputados y sostuvo que es inverosímil que la mujer hubiera ignorado que las actividades de su marido eran ilícitas, por tratarse de una persona privada de la libertad que no puede realizar actividades comerciales.
Además, al momento de ser aprehendida por la AIC, vestía las prendas del hecho atribuido. Para Cecchini, la mujer es “el brazo ejecutor” de los ilícitos pergeñados por su marido.
En cambio, la defensora Bustos intentó desvincularla de los ilícitos y sostuvo que se trata de una mujer vulnerable, que cría a sus tres hijos de 2, 3 y 9 años vendiendo carpincho y pescados para suplantar la falta paterna. Bustos manifestó que la evidencia colectada en la investigación no permite precisar que Joana C. haya tenido conocimiento del accionar delictivo de su marido y además remarcó que se trata de delitos excarcelables, que la mujer no tiene antecedentes y que además es madre de tres niños menores.
Al momento de resolver, el juez Busaniche remarcó que la investigación deberá aportar más elementos de cargo o de descargo para definir si efectivamente la mujer puede ser considerada como coautora de los hechos, o en su defecto como partícipe necesaria, y compartió con la defensa que en caso de corresponder condena no será de ejecución efectiva por tratarse de una pena mínima de dos años y medio de prisión.
Busaniche dispuso entonces otorgarle la libertad a la mujer tras fijar domicilio y la prohibición de contacto con víctimas y testigos. En tanto, para Martínez dictó la prisión preventiva en este nuevo proceso que se sigue en su contra.
Fuente: Esperancino.com.ar y Aire de Santa Fe