Hace trece años, durante la madrugada del 29 de octubre de 2011, Javier Noroña ingresó a la vivienda ubicada en la intersección de calles Lehmann y J. J. Paso.
Cargaba una pistola calibre 22 con la que atacó a su ex esposa Viviana Eberhardt y a su amigo Guillermo Munarriz.

Primero arremetió contra el joven de 30 años a quien le efectuó cinco disparos y lo mató en el acto. Después dirigió el arma contra la mujer de 38 años y gatilló tres veces. Viviana logró sobrevivir algunas horas, por lo que pudo responsabilizar a Noroña por el ataque.
En 2013 Noroña fue condenado a 26 años de prisión por el delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por alevosía a través de un procedimiento abreviado.
La figura de femicidio y su correspondiente pena de prisión perpetua entró a formar parte de la legislación nacional al año siguiente del ataque causado por Noroña. Es decir que si la norma hubiese existido en ese momento muy probablemente hubiese sido condenado a perpetua.
Salidas transitorias
Familiares de las víctimas se comunicaron con Esperancino.com.ar y manifestaron su indignación al ver que el condenado ya comenzó a gozar de salidas transitorias.
También cabe resaltar que el sistema penal santafesino permite cumplir la tercera parte de la pena en libertad, por lo que en algunos años Noroña estará nuevamente en las calles.
Pedido de domiciliaria
En 2020, durante la pandemia del coronavirus, Noroña solicitó el arresto domiciliario por considerarse “población de riesgo”, pero el juez Jorge Pegassano rechazó la pretensión y dispuso que permanezca en su lugar de detención.
Entre los considerandos se desestimó que su salud corra riesgo en la cárcel y se exhibió un informe donde la propia pareja de Noroña se mostró dubitativa en recibirlo por temores a la posible reacción social que su liberación pueda generar en Esperanza.