Este sábado una mujer de 61 años ingresó a un sanatorio de Santo Tomé por una descompensación y finalmente fue operada de urgencia por una peritonitis.

Luego quedó en terapia intensiva y el lunes por la mañana le comunicaron a la familia que había fallecido de un infarto.

Al ingresar al sanatorio, personal médico realizó un hisopado y un PCR para detectar si tenía coronavirus. El resultado fue negativo.

Al momento de retirar el cuerpo de la mujer, desde la casa de sepelios le informaron a su hijo que el mismo no se encontraba en la morgue del sanatorio. Fue allí que la familia radicó la denuncia en la Comisaría N°12 de Santo Tomé y la causa pasó a manos de la fiscal María Laura Urquiza.

Tras una serie de averiguaciones, se conoció que el cuerpo de la mujer, que estaba embolsado y mal rotulado, fue recogido por otra casa de sepelios y derivado a la ciudad de San Carlos, donde fue velado y cremado por otra familia.

“Cuando yo fui a buscar el resultado del PCR, ellos ya sabían que mi mamá no estaba ahí. Esa es la indignación”, dijo Javier, el hijo de la mujer.

“Hay un mal manejo entre dos partes porque acá hay culpables y se determinará en la Justicia”, sostuvo y lamentó que “no nos dejaron despedirnos de mi mamá”.