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A 43 años de la tragedia ferroviaria de Sa Pereira que dejó 55 muertos

Este jueves 25 de febrero se cumplen 43 años de uno de los peores accidentes ferroviarios de la historia que dejó un luctuoso saldo de 55 personas fallecidas. En las crónicas periodísticas se ponía de relieve el incesante transitar de ambulancias, bomberos y móviles policiales hacia Sa Pereira, Departamento Las Colonias, por la Ruta 19 para atender la enorme cantidad de accidentados.

En ese entonces el pueblo era atravesado por las vías del ferrocarril y no existía la autovía.

El hecho se desencadenó a las 7:22 del sábado 25 de febrero de 1978 cuando, luego de cruzar un colectivo de larga distancia, lo siguió en la maniobra un camión Ford F 600 modelo 1976 con caja y acoplado térmico con una carga con 25.000 kg de grasa comestible y latas, que debía llegar a Córdoba y fue impactado por el Estrella del Norte que había partido de San Miguel de Tucumán y tenía como destino la estación Retiro. El convoy llevaba 2.130 pasajeros, casi la misma población que sería testigo del accidente.

La máquina conducida por Antonio Gore no pudo evitar el choque y la tranquilidad del pueblo fue quebrada por el estruendo del acoplado pulverizándose.  La locomotora “había saltado de las vías y se desplomaba volcando paralelo a ellas, el tren siguió su recorrido por cientos de metros hasta que los dos coches del centro se fundieron incrustándose entre sí en un abrazo de hierros y maderas”.

Para los vecinos que se empezaban a acomodar frente al nuevo día, luego del estruendo, “se escucharon gritos de espanto y dolor que crecieron y que después se fueron apagando hasta convertirse en un coro desentonado de quejidos”.

Los habitantes de Sa Pereira, superados por un centenar de los pasajeros del tren se fueron multiplicando para ayudar, obedecieron órdenes de policías y bomberos que iban llegando desde San Jerónimo, Esperanza, San Francisco, Rafaela, Gálvez, Rosario, Santa Fe, Paraná, así como de otras poblaciones vecinas.

“Me tocó ver lo que nunca hubiera querido ver en mi vida, la desesperación de las personas buscando a sus familiares entre los hierros, gente que robaba cosas del interior de los vagones, todo era un desastre hasta que llegó el Ejército y puso un poco de orden”, recordó Jorge Ronconi, jefe del Cuerpo Activo de los Bomberos de San Francisco.