Después de los últimos episodios ocurridos a la salida del boliche Praga (una persecución en contramano que terminó con una camioneta incrustada en una casa, una batalla campal y agresión a policías, inspectores y a los dueños de una farmacia) el municipio intimó al local bailable ubicado en calle Castellanos, entre 1° de Mayo y Dr. Rohmang.

Según pudo averiguar Esperancino.com.ar, a través de la oficina de fiscalización dependiente de la Secretaría de Hacienda, la gestión de Ana Meiners impide al boliche abrir sus puertas hasta realizar una serie de importantes cambios.

Entre otras cuestiones le exige una readecuación de infraestructura, ya que la ley nacional permite a los locales bailables el ingreso de una persona por metro cuadrado, pero el Concejo Municipal de Esperanza habilitó a los boliches a dejar ingresar a dos personas por metro cuadrado, lo cual genera que haya gente “amontonada” y que eso puede derivar en peleas como la ocurrida el último fin de semana, además de que complica mucho una posible evacuación, solo por citar algunos inconvenientes.

También el Ejecutivo local pide una reforma en el sonido y en la cantidad de salidas de emergencia.

Además de la intimación, la Municipalidad mantuvo una reunión con los dueños del boliche Simonah, que alquilan el local a los titulares de Praga, quienes se pusieron a disposición y están de acuerdo con los cambios pedidos y cualquier otro requerimiento que redunde en el bien de todos.

Estas reformas implicarían una importante inversión y mucho tiempo, lo que pone en duda si Praga seguirá funcionando o esta es la antesala del cierre definitivo y el boliche pasará al olvido.

Cabe destacar que quien figura en los papeles como dueño de Praga es un joven, pero en el ambiente nocturno se comenta que en realidad quien está detrás es un importante empresario que llegó a tener relevancia nacional por causas judiciales y un romance con una vedette.