Creían que la habían secuestrado, 
pero salió de una fiesta y fue a otra

Hay situaciones insólitas en la vida de las personas que una vez que se conoce el desenlace pueden ser motivo de broma, pero en el “mientras tanto” generan pánico en el seno familiar y movilizan a todas las fuerzas de seguridad.

Lo que vamos contar en exclusiva en Esperancino.com.ar sucedió en la madrugada del domingo y se extendió hasta pasado el mediodía, cuando todo se aclaró… o en parte, como veremos más adelante.

Un grupo de jóvenes mujeres participó de la multitudinaria Fiesta del Ingresante llevada a cabo en el predio del Cicae. Hasta allí todo normal, buena música, tragos y alegría, pero una de ellas “se olvidó de volver” al departamento que ocupa con una amiga en calle Lehmann de esta ciudad.

Ante esto a media mañana su novio llamó al 911 aportando la novedad, lo que generó el inmediato movimiento de todas las reparticiones policiales que se estaban retirando al llegar a su fin el operativo de seguridad por la Fiesta del Ingresante.

Minutos después llegaron a la Jefatura Departamental los familiares de la joven de 21 años desaparecida, lo que agravó la situación, ya que afirmaron que no contestaba los insistentes llamados a su celular.

Imagínense lo que siguió, ya que un allegado a la chica, entre sollozos, habló de la posibilidad de que la hayan llevado contra su voluntad… Los miembros de la Unidad Regional XI extendieron el alerta a todas las reparticiones del Departamento y se pusieron a trabajar full time en aclarar el caso que podría generar un escándalo en la ciudad.

Al rato obtuvieron un dato que a sería fundamental: la habían visto por última vez dialogando con un joven estudiante de una de las facultades locales. Enseguida los oficiales cruzaron información y surgió un domicilio en el que podría estar la persona desaparecida.

De manera urgente se comisionó una patrulla para que se establezca en las cercanías de forma permanente, pero ni bien dos uniformados estaban llegando al inmueble en cuestión observaron que salía una joven con características físicas y vestimenta similares a las descriptas por los denunciantes, ante lo cual detuvieron su marcha y comprobaron que era a quien intentaban localizar.

La trasladaron a la sede de la UR XI, donde la revisó el médico que comprobó que no tenía lesiones. Consultada dijo que se había ido a dormir a la casa de un amigo y que nunca imaginó que se había armado semejante lío por su culpa.

Todo esto sucedió contra el mediodía, así que en la siesta esperancina llegaron a buscarla sus familiares junto a su novio… Ahí se produjo otro cruce muy fuerte, porque la estudiante tuvo que dar explicaciones otra vez, pero en este caso no ante personal policial. Todo terminó a los gritos y con una separación en puerta.

Por suerte, a pesar que la policía vivió varias horas de tensión, no pasó de ser un hecho vinculado a una “travesura privada”, porque los primeros datos hacían presagiar algo mucho más grave.