Carta a Macri: "Se nos pidió que ayudemos a destruir a Atilra"

Compartimos una misiva de la Asociación de Productores Lecheros de la Argentina (APLA) enviada a Mauricio Macri.

"Señor Presidente, queremos dirigirnos a usted con todo el respeto y la humildad que se merece, motiva la presente la difícil situación que por largo tiempo nos tiene a mal traer a los productores de la cuenca lechera central de nuestra querida Argentina, lugar donde habitamos y tenemos nuestros tambos. Nuestra asociación, si bien es joven, carga sobre sus espaldas la experiencia de sus miembros, todos nosotros hijos, nietos y bisnietos de pioneros que vinieron de distintas partes del mundo escapando de las miserias de las guerras y la pobreza, encontrando aquí lo que se les negaba en sus lugares de origen, paz y trabajo donde cimentar el destino de sus familias.

En febrero de 2016, a poco de su asunción como presidente, fuimos convocados por la subsecretaria de lechería de la nación a la Ciudad de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, para que junto a entidades hermanas, empresarios lácteos, gobiernos provinciales y el gobierno que usted preside, firmáramos un acta de buena intención para impulsar la producción láctea en el país, concurrimos a dicha cita muy esperanzados, puesto que el principal motivo del nacimiento de APLA es contribuir al crecimiento y grandeza de la lechería en nuestra región y el país, y sobre todo por mandamiento de nuestros asociados que en gran mayoría habíamos votado su proyecto político, viendo en el horizonte próximo una salida a la crisis que nos tenía a mal traer.

El tiempo fue pasando sin que a ciencia cierta notáramos cambio alguno, unos meses después, otra vez convocados por la subsecretaria de lechería de la nación asistimos a una reunión en el Ministerio de Agroindustria, donde el objetivo era diagramar una agenda de trabajo conjunta, para presentársela a usted, reunión en la que estaban presentes empresarios lácteos y las entidades que los representan, casi la totalidad de entidades rurales y mesas lecheras del país como así también supermercadistas y representantes de banco nación.

En esa reunión, donde nuestro planteo seria trabajar todos juntos para que por fin el productor lácteo logre percibir un precio justo de su producción, sin por eso caer en desmedro de los demás eslabones de la cadena láctea, al momento de cada uno de nosotros exponer nuestras inquietudes, atónitos y perplejos escuchamos el pedido que nos hacían una parte de los empresarios lácteos presentes, diciendo que acompañemos a pedirle al presidente la flexibilización laboral, o más precisamente que ayudemos a destruir al gremio Atilra, así con ese objetivo cumplido podrían derramar hacia nosotros un mejor precio del litro de leche.

Todos los que allí estábamos, a excepción de los representantes de SRA y sus afines que apoyaron la moción presentada, decidimos que si ese sería el eje del pedido hacia usted, preferíamos que cada sector fuera por separado y planteara cada cual sus problemas y propusiera soluciones, nuestro pedido no prosperó y preferimos entonces autoexcluirnos de próximas reuniones, esperar y dejar correr esas aguas contaminadas de egoísmos incomprensibles esperando tal vez alguna solución que podría aparecer para lograr el tan ansiado precio justo.

Todo desembocó en dos reuniones donde usted recibió a dichos representantes, hoy con creciente preocupación vemos desde APLA, que fueron espurios los pedidos, que se habló de caminos, cuando muchos productores golpeados por inundaciones y sequias, hoy no tienen un destino donde ir, se habló de créditos bancarios, cuando la falta de rentabilidad hace imposible para muchos siquiera pagar los intereses, menos aún devolver capital y se habló de medidas impositivas que son más una anécdota que una solución real.

Señor Presidente: se nos pide desde distintos sectores que seamos más eficientes y aún más productivos, cuando ya muchos hemos invertido nuestro futuro creyendo en que un día llegaría el buen precio, nos suena como a burla y escupitajo en la cara, más hemos producido, desde los sectores industriales se han aprovechado de esto y con distintas excusas nos han bajado el precio.

Presidente: queremos pedirle humildemente que nos reciba.

El cierre de tambos es cada vez más evidente. Decenas se cerraron por la inundación y los malos precios el año pasado, y quizás decenas, para no decir cientos, se cerrarán este año si la sequía brutal que nos aqueja continua como se vaticina, sumado a esto el valor que los granos están teniendo por el mismo efectos de la sequía. La tormenta perfecta se nos está viniendo encima sin compasión.

No es esta una misiva con doble filo, donde lo que pretendemos es tirarnos a sus pies a por subsidios y prebendas con la excusa de la sequía y los malos precios, lo que queremos es llevarle el clamor de cientos de productores que ven amenazados sus tambos por la impotencia de no poder encontrarle una salida a la situación, queremos ayudar a construir el futuro de algo nuevo y justo para la lechería y toda la gran familia que de ella vive.

Queremos que no se olvide de salvar el sistema cooperativo, única herramienta efectiva de protección que el productor tiene, y que desgraciadamente está pasando por un muy mal momento fruto de desaciertos que no vale ahora la pena ponerse a enumerar. Creemos que hay muchas cosas para cambiar y hay que hablarlas libres de obsecuencias obscenas o de críticas destructivas, encontrar en el dialogo las soluciones que prontamente eviten el cierre de cientos de tambos, hecho que de darse pone en riesgo el entramado social de nuestra cuenca lechera nacional.

Señor Presidente: nunca el silencio es un buena opción, es por eso que le escribimos, la indiferencia no suele ser el mejor camino, cuando lo que está en riesgo es el autoabastecimiento de un alimento primordial para nuestros hijos como es la leche, los productores Argentinos tenemos la capacidad de atiborrar al país de este alimento, a más exportar los excedentes. Pero un grupo de indolentes empresarios lácteos está queriendo convertirlo en un lucrativo negocio para pocos.

La leche es mucho más que un negocio: genera arraigo, genera miles de puestos de trabajo, genera estabilidad en las comunidades rurales generando ingresos mensuales más estables y seguros que los agrícolas, en zonas fuera de la pampa húmeda.

Esperamos que esta humilde carta abierta llegue a sus manos, que la lea y que tenga a bien brindarnos unos minutos de su valioso tiempo".